🎃 Único 🎃

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—Tienes que subir a los baños del último piso a la medianoche. No a cualquier baño, al de las chicas. Contarás los cubículos desde el primero más cercano a la puerta y en el tercero te pararás frente a la puerta, tocarás tres veces y preguntarás en voz alta "Hanako, Hanako, Hanako ¿estás ahí?"

—Es una leyenda japonesa, Taehyung. Estamos en Corea del Sur. En el instituto Taejon, no en una prefectura japonesa.

—Cierra el pico, Jimin.

Eran sólo dos estudiantes de último año en el internado cristiano Taejon. Jimin y Taehyung compartían habitación en el campus de una de las escuelas más populares y adineradas de Corea.

En otoño, las vacaciones de cambio de curso dejaban los pasillos, salones y habitaciones vacíos. Todos yendo a casa un fin de semana para descansar y volver a un nuevo ciclo. Pero siendo de último año, faltando no más que las calificaciones finales de las tesis preuniversitarias, una parte del estudiantado estaba todavía en las instalaciones. Todavía más obvio que Taehyung y Jimin decidieran quedarse, ya que no eran originarios de Daejon. Dos amigos inseparables, compañeros y confidentes desde el primer año.

Era treinta y uno de octubre. El día en que la comunidad occidental celebraba el tan famoso Halloween y ellos decidieron hacer su propia noche de historias de terror al estilo oriental. Sentados en un armario de escobas, a altas horas de la noche y con una linterna como toda iluminación. Eso no era exactamente oriental, sino más bien el tipo de historias, las leyendas más conocidas, las supersticiones más arraigadas, los cuentos para asustar a los niños cuando no querían dormir.

—Me estás retando a hacer una tontería, Taehyung y ni siquiera usas las leyendas de nuestro país para motivarme. Hanako-san es japonesa.

Jimin mantenía los dedos de una mano alrededor de la linterna vieja y casi sin pila, a punto de apagarse. La habían encontrado en el almacén más grande donde estaba la pseudo oficina del conserje. En todo el edificio, a casi las once treinta de la noche, los únicos en el pasillo de suministro eran su amigo y él. La media docena de estudiantes que también se habían quedado en el internado estaban durmiendo dos pisos más abajo en el pabellón de dormitorios y el campus estaba cerrado del otro lado de la plazoleta que dividía los edificios. Vacía.

A ellos les pareció divertido hacer una noche de terror solo para los dos. Su propia noche de brujas, y a Taehyung le pareció incluso mucho más emocionante mezclar culturas y retar a Jimin. Tratando de asustarlo como siempre.

—Los fantasmas están en todos lados, Jimin. —replicó Taehyung —No conocen fronteras, planos dimensionales ni nada de esa mierda. Si haces lo que se supone que debes hacer para llamar a un fantasma, aparecerá. No importa si es el espíritu de la reina de Inglaterra.

Jimin resopló. Era obvio que Taehyung no cedería en su idea. Le gustaba molestara a Jimin y había encontrado la excusa perfecta. Noche de brujas.

—Supongamos que hago lo que dices —cedió Jimin, un poco excitado ante la idea de hacer travesuras en su último año de instituto — ¿Qué se supone que va a suceder?

—Conoces la leyenda —continuó Taehyung, aleteando las piernas con emoción donde estaba sentado en el piso del armario en posición de indio. —Si ella está ahí te responderá y podrás pedirle que te conceda algo a cambio del precio justo.

La sonrisa de Taehyung era enorme a la pálida luz de la linterna y Jimin se abstuvo de rodar los ojos. Taehyung era muy impresionable a veces, cuando se trataba de historias paranormales.

—No es un genio salido de una botella, baboso.

—No, pero aquí viene la parte aterradora —procedió Taehyung, ahora rebotando en el suelo y haciendo rebotar también sus rizos castaños. —Lo que sea que salga por la puerta puede que sea Hanako-san o puede que sea un espectro malvado que quiera asesinarte. O quizás... —Taehyung hizo una pausa dramática —sea algo muy diferente. No lo sé.

Yoongi Yoongi Yoongi |YM|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora