CAPÍTULO 13

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             CAPÍTULO 13

                      MJ:

Cuando llegamos a casa eran de las diez de la noche. Emma tuvo que ir a casa a recoger las ropas para vestir a los bebés y las sillitas para el coche.
Una vez todos en casa los niños nos recibieron, todos juntos fuimos a la habitación de los bebés. Estaba preciosa y preparada con las tres cunitas, todo con sus nombres y los colores. Me
quedé totalmente bloqueado ya que estaban los nombres que
escogimos. Me giré de golpe.
- ¿Desde cuándo sabías que eran dos niños y una niña?
- Desde que me encontró Ana en Valencia.
- ¿Por qué no me dijiste nada?
- Porque era una sorpresa. Y porque en su momento no merecías saberlo.
- Amor yo no recordaba nada por el accidente.
- Ya lo sé, pero como sabía de sobra que tú querías una niña y ya la teníamos, ¿qué mejor sorpresa que esta?
- Ya lo creo- la abrazo por detrás con cuidado, como si se me escapara, después de acostar a los bebés-. Te amo lo sabes ¿no?
- Sí, yo también te amo.
La cojo en brazos y me sorprendo al darme cuenta de que pesa muchísimo menos de lo que recordaba. La llevo a nuestra
habitación. La recuesto en nuestra cama. Y le digo…
- Ahora deberías comer algo. ¿Qué te apetece?
- Me apetece sopa de pollo aunque es tarde.
- Da igual. Ahora iré a hacerte la comida debes reponer tus fuerzas.
Salgo disparado hacia la cocina una vez dejo a mi mujer en la cama.
- Oh, ¿Qué haces?-me sorprendo al ver a Ana cocinando-.
- Estaba preparando sopa de pollo para Clara, y cena para los demás.
- Oh, gracias, yo bajaba para hacer lo mismo. Para la próxima me encargo yo, aquí en esta casa los invitados no cocinan.
- De nada. Y no me cuesta nada cocinar.
- Muchas gracias Ana.
- De nada.
- No Ana, te debo la vida de mi mujer y mis hijos.
- De verdad, que no ha sido nada del otro mundo. Me encariñe mucho con Clara y la verdad que lo hice de corazón. Pero te advierto de una cosa, espero que nunca más le vuelvas a hacer
daño o seré yo misma quien te corte los huevos.
- Muy sutil, con tu amenaza, pero puedes estar segura que antes de volver a hacerle daño me corto los huevos yo mismo.
- Eso espero-responde con una pequeña sonrisa en los labios-.
Después de un rato de estar hablando con Ana y ver que es una mujer estupenda, le subo la comida a mi esposa. Entro en la habitación y veo lo más hermoso del mundo. Mi mujer está dándole el pecho a los bebés.
- Amor ¿Quién los trajo?
- Emma. Empezaron a llorar y los trajo.
- Debes de comer. No es bueno que los alimentes sin que tú te hayas alimentado antes.
- Lo sé, pero ahora comeré todo lo que llevas ahí. Aunque lo siento pero esa comida no es preparada por ti ¿cierto?
- Cierto. Cuando bajé a la cocina Ana ya estaba cocinando la sopa. ¿Cómo lo sabes?
- Ana me ha estado cocinando este tiempo en España.
- Bueno, le he pedido gracias por cuidarte y me ha amenazado con cortarme los huevos- Clara rompe a reír-. Qué graciosa.
- No me digas que no es graciosa.
- Oh sí, es verdad. Me dio unos buenos trucos para como alimentarte, para evitar las hipoglucemias.
- Oh sí, es una experta. Ella también es hipoglucémica.
- Mejor, tomaremos buena nota entonces. Quiero pedirte una cosa y me gustaría tu opinión.
- Sí, dime ¿qué es?
- Me gustaría bautizar a los bebés y me gustaría que Ana sea la madrina. Por todo lo que ha hecho por vosotros.
- Amor eso te lo iba a pedir yo. Estoy de acuerdo contigo y Derek
el padrino.
- Me parece perfecto. Aunque se cabreen mis hermanos.
- Ana se marcha con su familia la semana que viene, qué tal si lo hacemos este domingo, así aprovechamos y los presentamos en público.
- Perfecto.
Después de comer Clara y acostarlos en sus moisés en nuestra habitación, para que Clara no se levantara mucho por la noche.
Durante toda la semana hemos estado bastante liados organizando todo para el triple bautizo. Pero hoy es día de visita
con el pediatra.
- Hola Clara, preciosa ¿Cómo estás?-¿por qué sigue jodiéndome que le tire los tejos si sé de sobra que no hay nada entre ellos?-.
- Muy bien, ¿no lo ves?-le digo yo con prepotencia-.
- ¿Y tú qué haces aquí?-me responde enojado-.
- Toca revisión de mis hijos- dice Clara para cortar el ambiente tan pesado que se había formado-.
- No, a Marta y James les toca en tres meses.
- No, mis hijos nacieron el viernes pasado. Hoy les toca la prueba del talón y la primera revisión-refuto cortante-.
- ¿Cómo, por qué no me contasteis?-pregunta Pat-
- Pat, no había necesidad, además no nacieron en el hospital y fueron revisados por el tío de mi esposo.
- Bueno, está bien. Haber, vamos a revisarlos.
Clara pone a la princesa en la camilla y le dice…
- Te presento a Hannah, es de treinta una semanas de gestación y nació con dos kilos y medio. Midió cuarenta y nueve
centímetros y el APGAR fue de diez sobre diez.
- Está muy bien, para ese tiempo de gestación ¿Y por qué se adelantó el parto?
- Por el nacimiento de los gemelos-responde mí esposa-.
- ¿Cómo?- Pat estaba cada vez más desconcertado-.
- Son gemelos y la princesa. Los gemelos de treinta y siete semanas de gestación.
- Para… para… ¿Cómo?- ahora perdió todo el color de la cara-.
- Tengo una malformación del útero con el cual puedo quedarme embarazada ya estando embarazada. De ahí a que
los bebés tengan gestaciones diferentes. Miche y Daniel son los
mayores y al nacer ellos, provocó que mi pequeña naciera. Pero
es una cosa que ya sabíamos-le explica Clara-.
- Está bien.-revisa a la princesa, la pesa, la mide-. Bien, esta
princesa que tiene a dos protectores, ha aumentado trescientos
gramos en una semana. Va muy bien. Pero voy a sacarle una
muestra de sangre, a los tres, para descartar que tengan tú
mismo problema de hipoglucemias, además de que les
corresponde las pruebas de oídos y de los talones, junto con tres
vacunas. Eso va por los tres.
- Haz lo que sea obligatorio y necesario para que estén sanos.
Lo que sea.
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- Sí. Bueno ahora te presento a Miche, el nació el primero, pesó
tres kilos cien gramos, midió cincuenta y tres centímetros y el
APGAR diez sobre diez.
- Hola campeón- lo revisa de arriba a abajo como a la princesa-.
Bien ha aumentado cuatrocientos gramos. Va muy bien.
- Y por último, él es Daniel, pesó tres kilos con cincuenta
gramos al nacer y midió cincuenta y cuatro centímetros, el
APGAR es de diez sobre diez, nació el segundo.
- Hola campeón.- Procedió el mismo proceso que con sus
hermanos-. Fenomenal Daniel, ha aumentado cuatrocientos
gramos. Los tres han crecido como dos centímetros cada uno, no
está nada mal para una semana. ¿Qué leche toman?
- Materna ¿por?
- Fenomenal. Es la mejor y teniendo en cuenta que son tres y
que los tres están aumentando como corresponde te aconsejaría
que siguierais así. Y tú debes de comer una alimentación rica
en verduras, pescado y carne blanca.
- Tranquilo esa dieta ya la traigo de España y me lo ha
explicado todo Ana.
- ¿Quién es Ana?
- Una buena amiga y quien atendió el parto. Además de la madrina de mis hijos.
- Me gustaría conocerla-dice con admiración-.
- ¿Y a su marido?-responde con bordería y sarcasmo mi mujer, mientras yo me rio un poco-.
- Clara no te olvides de su hija.
- Oh cierto. También tiene una hija preciosa de nueve años.
- No seáis mal pensados.-nos echamos a reír- no es de ese modo,
por lo que veo es fascinante-nos reprende Pat y empieza a caerme mejor-.
- Pues si hablas español, el domingo te los presentamos. Nos
gustaría que vinieras al bautizo de los peques.
- Está bien allí estaré. Y tú Clara o MJ me haréis de traductor, ¿por favor?
Salimos con los bebés y vamos dirección a casa. Ya hemos avisado a todo el mundo e incluso al cura, que nos casará y nos
bautizarán a los bebés. Aunque Clara no sabe que celebraremos la boda por la iglesia para reforzar nuestro matrimonio y
demostrarle que la amo con locura. Cuánta razón tenía Nana cuando dijo que antes de un año pasaríamos por el altar.
Derek y Ana me han ayudado en todo. La verdad es que son geniales. Tenemos mucha suerte de estar rodeados de buenos
amigos. Vienen también nuestros amigos mexicanos, ya han confirmado que vienen.
Lo que no sabía es que Marga y Derek son pareja desde hace meses. Lo han tenido muy en secreto. Cuando se entere Clara,
creo que amenazará a Derek como lo hicieron conmigo. Estoy muy nervioso pero a la vez ilusionado.
Pasan los días muy deprisa y llega el domingo.

                  CLARA:

Estoy muy tranquila, dando el pecho por último a la princesa cuando entra Ana.
- Bueno, bueno, por lo que veo la dormilona se durmió y quedó la última otra vez ¿no?
- Sí- reímos las dos- pero ya ha acabado ¿Cómo va todo?
- Bien, ya está todo preparado, el catering ya está listo y montado. El altar para el bautizo junto con la pila bautismal está lista, solo falta que te prepares mientras yo y Noe preparamos a mis ahijados.
- Voy a ducharme huelo a leche. La ropa la tienes en sus cunas. Que te ayuden.
- Tranquila, ya están esperando a que te metas a bañar. Por cierto tu vestido es este, o eso me han dicho MJ. Así vais a conjunto los siete.
Pasa todo muy rápido y mis preciosos bebes ya están
bautizados. No lo puedo creer. Pero están todos mis amigos. Dios que fuerte Derek y mi amiga Marga están juntos. Qué alegría
y me acerco a Derek.
- Hola Derek.
- Hola Clara ¿Qué sucede?
- Pues me acabo de enterar que estáis juntos tú y Marga.
- Sí ¿por?
- Cómo se te ocurra hacerle daño o jugar con ella te voy a cortar los huevos.
- Tranquila que no la quiero como tú crees o si no mira su mano y sabrás porqué lo digo.
En ese momento se acerca Marga con Daniel en brazos.
- Clara, es precioso. Bueno los tres. Por cierto en seis meses me caso y quiero que seas mi madrina.
- ¿Cómo?
- Sí, porque te crees que te he dicho que te fijes en su mano.
Llevamos dos meses viviendo juntos y no aguanto más para que sea mía al cien por cien.
- Me alegro por vosotros y yo estoy encantada de ser tú madrina y lo dicho Derek-digo muy emocionada de que mi
amiga haya encontrado por fin la felicidad-.
- Mi amor nos esperan-dice MJ acercándose sigilosamente-.
Chicos por favor todos a sus sitios.
- ¿Qué sucede?-pregunto muy extrañada del cambio de rumbo-.
- Tranquila, te lo diré en el altar.
- ¿Por qué?
- Vamos, no rezongues, hay que cumplir con el horario estipulado.
Empiezo a ponerme nerviosa, pero nos acercamos hasta el altar.
Cuando MJ se queda de lado y habla en voz alta hacia nuestros invitados…
- Gracias a todos por estar aquí con nosotros. Hace casi un año, más exactamente nueve meses, me casé por lo civil con esta maravillosa mujer, la cual “sin merecerlo” me ha regalado lo más valioso que se le pueda regular a un hombre. Son estos tres preciosos bebés, más mis dos mayores orgullos, que fueron los
que me hicieron recapacitar con la paternidad. Por todo eso, me gustaría que te volvieras a casar conmigo, pero esta vez por la
iglesia, como Dios manda. Yo sé que para… que para ti era muy importante pasar por la vicaría y nuestro matrimonio no empezó con el mejor pie, pero de lo que sí estoy seguro, es de qué
quiero estar el resto de nuestra vida juntos y para poder reafirmar nuestra unión, junto con nuestros cinco hijos es pasar por vicaría. ¿Clara quieres casarte conmigo?
Estaba tan helada, tan congelada que creo que olvidé respirar y cuando el cura tosió reaccioné.
- Sí, sí quiero.
Todos gritan de alegría…
Después de volver a casarnos nos reunimos todos juntos y volví
a ser feliz como hacía muchos años…


               THE END.

Un amor inesperado para ClaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora