𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 IV

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"Muralla"


Vóronezh, Rusia.


Actualidad...

Edmond

Observaba a mi alrededor con ojo crítico.
Cada esquina, cada pared, cada color, ubicación y diseño.
Buscando una mínima imperfección, qué espero, no hallar.

—Todo correcto, por ahora — la chica frente a mí anotaba cualquier gesto o palabra que salga de mi boca. Seguí mirando a mi alrededor y encontré algunos desperfectos en aquella sala — Cambien esos sofás — señalé — No se ven de calidad y tienen un color fuerte, esta es una instalación de categoría, no un circo. Que sean tonos burdeo.

Estaba por abrir una sucursal de mi cadena de bares y casinos, éste sería ya el tercero qué abro en la ciudad, pero el sexto en toda Rusia.

Me encontraba con la jefa de diseño de interiores qué contraté, bueno, que contrataron. Pero lamentablemente y para su pesadilla, de mi depende su trabajo. Y aquí las cosas se hacen a mí manera.

—Pero señor, cambiarlos tomará semanas, el material que pide es muy difícil de conseguir y muy costoso de traer.

—No recuerdo habértelo preguntado, he sido lo suficientemente claro y entendible — dije autoritario — Quiero verlos diferentes para la próxima supervisión dentro de una semana.

—Cómo diga Mr. Ivanov — tomó su maletín y se retiró.

Utopía. La mejor red de casinos de todo el alto y bajo mundo. Desde los jefes ilegales más temidos, hasta los más miserables ludópatas venían aquí, son unos de los puntos más famosos donde corroe el negocio de venta ilegal de la “mejor mercancía”, del viejo Ivanov.

La inauguración sería dentro de dos semanas, será la gala del año.
Aquí se presentarán los bandos más peligrosos de todo el mundo, los mayores socios y ex socios de mi padre serán los invitados de honor.

No sería mi primera oportunidad de darme a conocer, ya que soy altamente reconocido por mi propio nombre y no por mi antecesor. Como Derko, solo siendo el inútil “hijo mayor de Marko Ivanov”, aunque vagamente ser su sombra le ha ayudado en sus estafas y trapicheos.


—Vaya, ya ahuyentaste a la diseñadora. Solo fueron ¿treinta minutos?, eso ya es un récord — escuché su voz haciendo eco en el lugar.

Connor.

—No es de mi agrado la gente incompetente, y a diferencia de ti, a mi no me convencen un bonito par de piernas así que debí imaginármelo cuando la propusiste —le dije obviando su hormonal manera de ser.

—Vamos hermano, no me vas a negar que tiene bonitas piernas. Y quería un trabajo contigo, no fue difícil echármela en la cartera 

—Madura Morgan, es repugnante pegarte con cualquiera como un perro en celo

—Por favor, son solo unas aventuras pequeñas. Yo vivo, no me tomo el tiempo de calificarlas por requisitos señor exigente.

Connor Morgan. Mi mano derecha y jefe de mi equipo de seguridad. Ex militar y reo. Es experto en conocimiento y creación de armas.

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