𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 VI

9 1 0
                                    

"Negocio"

Vóronezh, Rusia.




Edmond




—¿Cómo carajos sabes eso? — preguntó con notoria sorpresa en su rostro.

—Solo digamos que si quieres que salve tu maldito culo, debes cantar todas tus chorradas.


Derko se encontraba frente a mí, actuó como todo un gallina en cuanto me vio llegar rojo de la rabia mientras su manada de hombres se iba por órdenes qué le di a Connor.

En cuanto le solté lo que había averiguado, tembló como una rata apunto de ser cazada por una serpiente.


—Bien está bien, no todo lo que dije fue cierto, pero lo que sí es que me están buscando. No tengo opciones, no sabía nada acerca de su estúpido voto de silencio

—No te enteras de absolutamente nada de este negocio, pero creo que eso ya lo sabes. Lo que no, es que todo en tu maldito trabajo implica un jodido voto de silencio, si no estas dispuesto a dejar tus fraudes por monedas, terminarán por terminar lo empezaron. Y yo no estaré para ayudarte

—¿Es una amenaza? — alzó una ceja.


Capullo.


—Tómalo como un consejo de supervivencia, si es que quieres seguir respirando claro — me levanté del sofá, arreglé mi gabardina y me dirigí hacia la puerta.


El argumento para manipularlo ya estaba en la mesa, era su turno para pedir clemencia.

Y rogara en tres, dos, uno…


—Espera, ¿no me quitarás la seguridad verdad? — esto era exactamente lo que quería.


Me giré.


—Por esta noche, debes comprender que no todos estamos a tu disposición y tú castigo por ahora es estar sin protección por una noche. A ver como te las apañas

—Eres un idiota, — explotó — Me tratas como si fueras el mayor, que te quede claro que seré yo quién heredará el imperio Ivanov, y cuando eso pase no serás más que solo mi peón.


No dijo eso, ¿cierto?

Oh hermano más te valió no haberlo dicho.


—Esa, exactamente es la diferencia entre tu y yo. Tú solamente te regozas en las faldas de un viejo esperando su aprobación y aceptando un título que no es más que solo pantalla. Yo, he creado mi propio imperio a base de sangre y sufrimiento, y ahora tengo más de lo que tú puedes heredar. — me miró con furia, no puedo disfrutar más este momento — Tú eres solo una pieza en su tablero, y yo el rey que jamás va a poder derrotar.


Su cara era todo un poema, sabía que tenía razón, y la aceptaba. Pero para él era más fácil esperar el momento de poder tomar el puesto de su padre, antes que conseguir algo por si mismo.


—Ah por cierto — continué — Las tarifas por equipo han subido, tal vez Morgan no te lo informó pero las capacitaciones cuestan, los entrenamientos cuestan. Se que lo entenderás

—No eres más que un idiota con delirios de grandeza — amaba momentos como éste.

—Ten buena y segura noche hermanito, espero que puedas costear la seguridad antes de tu viaje de mañana, las calles son algo peligrosas —

Y con eso salí de ahí.

Mañana o esta misma madrugada no tardará en llamar de nuevo rogando por mis servicios, después de todo, soy el mejor en el campo y no lo echaría por la borda, al menos no sin garantizar que la propuesta del enemigo me beneficie de alguna forma.

Negocios son negocios.







Nunca entenderé la noción del tiempo.

¿Cómo pasa tan rápido?

Había pasado ya una semana y hoy era la noche de la inauguración.

No contaba con un traje, asquerosos trajes.
Pero al menos el lugar quedó tal cual como lo quería.

Me dirigía en la camioneta hasta el nuevo casino, para poder afinar lo últimos detalles, todo debía quedar perfecto.

RAMÉ  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora