Capítulo 13

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Amaris Campbell

La palabra que me define estos últimos días es: Procesar.

Básicamente porque es lo que hago cada dos minutos desde que estoy en algo extraño con mi profesor. Y sí, me niego a decir la palabra que usan las parejas cuando oficializan, no porque no quiera y la razón es bastante simple, no me lo ha pedido.

No sé qué somos exactamente y eso me tiene la cabeza hecha un lío. Tampoco quiero preguntar y ser invasiva, después de todo entiendo que él aún no es completamente mío. O siquiera si lo será algún día.

No quiero un amor a medias. Sé que me estoy arriesgando demasiado intentando algo con él, puedo salir lastimada y eso también me tiene estresada.

Sé lo que merezco porque yo sí estoy comprometida a entregar todo de mí a la persona que amo.

Tal vez lo mejor era cortar todo lazo, salirme de este lugar y mudarme de país. Volver a casa.

Aquí entra otro conflicto, yo realmente me siento cómoda con estas personas, tal vez es porque me acostumbré a ver cosas raras en los pasillos y ya no se me hace tan extraño. Quiero ir a casa pero a veces siento que estoy en ella y es demasiado confuso.

También debo confesar que no es una opción siquiera irme de aquí. ¿Ustedes se alejarían de la persona que aman? Yo no, soy completamente débil cuando veo esos lindos ojos azules, inmediatamente solo pienso en estoy donde debo estar: a su lado.

- ¿Qué toca ahora?

Mis pensamientos se ponen en pausa para concentrarme en Helena.

- Matemáticas.

Le respondé la rubia con rapidez. Yo simplemente confirmo lo que dice y caigo en cuenta que se viene mi clase favorita, no por la materia, sino por la persona que la da.

- No tengo muchas ganas, ¿Y si nos saltamos esta última hora? Podemos ir a comer, muero de hambre y mi cerebro solo en eso.

- No estaría mal, pero si nos saltamos una clase puede que luego no entendamos nada, mejor no.

Les digo intentando disimular que me muero de ganas de asistir.

- Tiene razón, no nos conviene faltar a su clase, además podemos ir a comer saliendo de clase.

Helena me sigue y Dulce parece pensarlo, se queja pero entiende que tenemos razón. Ya de por si las matemáticas son complicadas, pero estas son clases avanzadas y son el triple de difícil.

- Bueno, entonces vamos ya, nos robarán los mejores lugares.

Yendo a clase me imaginé cientos de escenarios románticos que podrían pasar según yo. Claramente ninguno era posible porque dudaba directamente que un profesor se declare abiertamente enamorado de su alumna.

Sinceramente estaba nerviosa y expectante de lo que sucedería. Cuando estuvimos en la clase y tomamos asiento, el profesor llegó 5 minutos después y se disculpó por la demora, tomó lista de forma normal y la clase fue... demasiado normal para mi gusto.

No me miró.

Ni siquiera cuando se detuvo a repartir las fotocopias con ejercicios.

No me hizo caso cuando intenté participar en clase.

Y era la única que levantó la mano cuando él pidió un voluntario para resolver una ecuación.

Luna Inmortal ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora