Historias de un Pionero Errante.

CAP 1, INICIO.

      Todo cambió cuando la humanidad se dio cuenta de que todo lo que conocían hasta la fecha no era como realmente era.

Si nos pusiéramos a rememorar el principio de todo esto, todo nos apuntaría al pasado distante, para ser más precisos al año 2030, cuando dentro del colisionador de hadrones, en uno de sus muchos experimentos, descubrieron una nueva partícula/materia, curiosamente todo producto de un accidente.

Todo ocurrió cuando se llevaba a cabo un mantenimiento de rutina, ya que se probarían nuevas mejoras en los sistemas, así como nuevos métodos de análisis y demás aditamentos que llevarían las mediciones y observaciones a una nueva escala.

Dentro de la última etapa de mantenimiento ocurrió una activación aún a la fecha desconocida del colisionador, y justo en la parte de colisión de átomos estaba un científico que apenas pudo reaccionar y salir, pero su brazo fue alcanzado y, al contacto con ambos átomos colisionando, destruyó casi la totalidad de su brazo. Afortunadamente, sobrevivió y rápidamente fue llevado a la enfermería y posteriormente al hospital.

Lo que normalmente (si se puede llamar normal) sería un accidente sin más, luego de que llevaran al científico al hospital y se comenzaran con los protocolos de sanitización del área, el equipo a cargo de los sistemas de medición mientras supervisaban todo después del desastroso accidente se dio cuenta de que había unos datos que nunca se habían visto. Dichos datos superaban en desmedida al potencial de energía que habían tenido con los experimentos previos, algo imposible. Mientras se preparaban para eliminar los datos erróneos, fueron interrumpidos por el equipo de limpieza.

El equipo de limpieza, luego del accidente, comenzó con la limpieza, pero al llegar al lugar se dieron cuenta de que dentro del colisionador de hadrones, en vez de encontrar sangre o similares, vieron dentro del compartimiento los restos de una explosión como si una granada hubiese explotado. Rápidamente, se lo comunicaron al departamento que monitoreaba el colisionador.

Con ambos departamentos viendo lo que se había producido y luego de reportarlo a los altos mandos, comenzó lo que se llamaría como los experimentos PO (Potencial Oculto). Al principio, se creyó que era solo azar y una coincidencia, pero después de muchos experimentos y millones de dólares en inversiones, se llegó a una encrucijada. Si bien se realizaron experimentos con materiales similares al humano, los resultados eran decepcionantes en el mejor de los casos. Y si querían resultados, se requería del mismo material que había desencadenado el accidente: humanos, algo que no muchos se podían siquiera poner a pensar.

Luego de una serie de presiones, se logró recrear el experimento con criminales condenados a muerte. Se esperaba una matanza en cuanto a los condenados, pero para sorpresa de muchos, el experimento salió bien a la primera, dando así comienzo a los siguientes experimentos. Después de un tiempo, se logró discernir el misterio.

Lo que había provocado el accidente dentro del colisionador de hadrones y después de mucho tiempo y dinero gastado, se descubrió lo que cambió a la humanidad: el poder latente, una especie de energía primordial que regía los conceptos de todo lo conocido por el hombre. Todos la tenían en menor o mayor medida, pero los humanos tenían una extraña afinidad con esta, a tal grado de manipular energías fundamentales, moldeándola a su antojo, obviamente con mucha maestría a sus espaldas.

Con el tiempo, las proezas de héroes de ficción, videojuegos, mangas, etc., eran posibles, pero no todo sería bueno.

Veinte años después de la estandarización del uso de la Energía Latente, como pasó a llamarse, un equipo de científicos, en su afán de seguir avanzando con los descubrimientos de la realidad junto con la energía latente, causaron un colapso en el tejido de la realidad en el cual todo el planeta Tierra se abrió paso en el plano de la realidad, y hasta la fecha nadie sabe qué pasó, incluso los científicos responsables. Pero la Tierra había sido transportada a un plano diferente.

El mundo se agitó, los gobiernos estallaron. Apenas se detectó la anomalía, enviaron a sus agentes más confiables al lugar donde se produjo el incidente para buscar respuestas. Después de una interrogación y viendo que no se llegaría a nada, solo encarcelaron a los científicos. Luego de muchos esfuerzos para calmar a la población debido al cataclismo y debido a que los satélites no podían estar dando los datos que enviaban, se optó por contactar a la estación espacial internacional. Toda la humanidad los cuales confirmaron lo que los satélites mostraban: la superficie del planeta era gigantesca, masiva, colosal. No podían ver el final, parecía infinito, cúmulos y cúmulos de tierra con grandes extensiones de agua que parecían ser lagos, pero dada la escala de lo que veían, no sería descabellado llamarlos mares masivos. Los continentes que conocían estaban rodeados por un mar antes de entrar en contacto con las demás extensiones de tierra.

Nadie lo pudo creer, pero después de mandar expediciones con fuerzas armadas se confirmó. Después de un tiempo, se descubrió la naturaleza del lugar. Aparentemente, gracias a los métodos de medición, el tamaño aproximado del planeta era muchas veces el tamaño de su sol.

Era imposible, pero no era el momento de pensar en eso. Se enfocaron en ver cómo lidiarían con los sucesos. Pasaron otros 10 años hasta que todo se estabilizó, y un sentimiento que se creía perdido volvió: el espíritu de aventura, un espíritu que los incitaba a buscar lo desconocido, dando así nacimiento a los pioneros. Pero tan pronto comenzaron las primeras expediciones se dieron cuenta de que no sería tan fácil. Existían bestias peligrosas, bestias que se creían solo de mitos, deambulaban en las tierras, bosques, mares y el aire, a lo cual dieron nacimiento a los cazadores, aquellos que los enfrentarían, que los cazarían ya sea por encargo, control de números o por materiales, etc. Comenzó una nueva época.

Y dentro de todos estos cambios y progresos, nació Lucius.