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Los labios se sienten pesados ​​y parecen de goma. Desde hace algún tiempo, el cuerpo, el alma y la mente separados poco a poco comienzan a encontrarse. En el estruendo temporal reconoce su propio pulso. Algunas voces del exterior, que parecen demasiado sonoras, golpean sus oídos.

Abriendo lentamente los ojos. Al principio, la imagen vaga que apareció frente a ellos gradualmente se convierte en la figura de alguien sentado cerca.
Alguien completamente desconocido.

"¡Ey!" se pronuncia con mucha alegría e incluso alegría.

Ahora comprende por qué le resulta tan difícil mover los dedos de su mano izquierda. Se le conectan cables de algún dispositivo médico. No hay nada superfluo en el rostro.

Entonces, estoy respirando independientemente... ah...

"¿Quién eres?.."

Pete está asombrado, lo cual se explica fácilmente, está mirando -ahora está claro- al otro omega, con una camiseta a rayas y una sonrisa de oreja a oreja en un rostro joven y bonachón.

"¿No me reconoces en absoluto?"
la sonrisa se vuelve aun mas traviesa. "Bueno, aunque las diferencias se notan. Sí, sí".

Pete frunce el ceño, lo que hace que el pulso en su sien se haga más fuerte; con la mano derecha agarra el borde de la almohada para levantarla y escucha:

"Sólo no me golpees con una almohada hoy, ¿de acuerdo?" el joven omega extiende sus manos en un gesto protector, "el doctor dijo que no debes hacer ningún movimiento brusco todavía. En realidad, ya recuperaste la conciencia dos veces, pero empezaste a gritar algunas tonterías, agitar los brazos y patear, Así que en ambas ocasiones te inyectaron algún sedante".

Pete está completamente perdido.  Entonces le invade la imagen de todo lo que le pasó, junto con las primeras lágrimas:

"Pequeño mocoso... ¿eres tú?..."

Habiendo tomado una posición más alta, Pete abraza al omega alrededor del cuello con todo su fervor, pero esto hace que los cables conectados a él se caigan bruscamente del dispositivo, haciéndolo emitir una señal larga y penetrante, a la que la enfermera beta recurre rápidamente.

"Después de todo, te dije que no puedes moverte tan rápido, ¡oh, tú!" Macao, que no deja de sonreír, finge reprochárselo.

"Yo... pero ¿cómo pasó todo?"

Macao sonríe e inclina la cabeza hacia el hombro:

"No todos a la vez, cuñado."

Se quedan solos, Pete extiende la mano, como preguntando. Macao asiente. Sosteniendo su mano, Pete mira fijamente, un pequeño porcentaje todavía... dudoso.

"Si buscas similitudes con Vegas, es en vano. Él se quedó con toda la belleza y yo con el cerebro", se ríe el joven omega.

"Oh, vamos", Pete sonríe tímidamente, "eres muy hermoso. Es más, inteligente y amable. Nunca olvidaré cómo siempre me consolaste y apoyaste. Y me enseñaste a jugar al ajedrez. Aunque fui un completo tonto."

"Sí. Y me dejaste comer dulces. Vegas es muy estricto en este asunto. Y también me dejaste quedarme en tu habitación por una noche. Y, en realidad... me salvaste, poniendo en riesgo tu propia vida".

Pete asiente. Respira hondo y pregunta:

"¿Dónde está Vegas? ¿Está bien?"

La sonrisa desaparece del rostro de Macao.

"¿Por qué estás en silencio? ¿Dónde está Vegas, Macao? ¿Dónde está mi marido?"

"Eh... Vegas se ha ido."

Whe June Kissed DecemberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora