JIMIN
(Hace dos años)
No sé qué pasó, hace unos minutos recuerdo haber visto a Hoseok apuntando al padre de Jungkook pero...¿Que? ¿Que sucedió conmigo?
Abrí lentamente lentamente mis ojos, ¿Estaba en una especie de Camioneta? No ¿Que es esto?
Froté mis ojos con la muñeca de mi mano izquierda, mi otra mano estaba atada al puesto en donde estaba acostado. Miré con detalle el lugar, ahora podría estar 100% seguro de que me encontraba en un avión, traté de mirar si habían más personas pero me encontraba yo solo, todo estaba en un silencio incómodo, no había casi iluminación, solo se hacía presente mi respiración pesada, que por alguna razón estaba agitada
Miré por la ventana pero tampoco habían señales de tierra, ni algo que mostrara Alguna cuidad o algo parecido, solo algunas luces que traía el Avión y algunas Nubes
Por unos minutos traté de forzajear la atadura para ver si lograba soltar el amarre de mi mano derecha, pero estaba muy bien amarrada y cada vez que hacía fuerza para soltarla, solo me lastimaba
Me quedé pensando en qué momento llegue a estar dentro de un avión y hacia dónde me dirigía, poco a poco mis recuerdos de varios hombres golpeándome en el baño del restaurante llegaron a mí, incluyendo esa terrible vista del padre de jungkook intentando hacerme daño. Todo poco a poco lo fui recordando hasta que me di cuenta de que no podría seguir en ese avión a menos a que realmente sufriera una vez de que me bajara en manos de esa gente
Debía encontrar la manera de escapar una vez que llegáramos a donde sea que fuera que nos estuviéramos dirigiendo
Mi cabeza empezó a dar vueltas por un rato y creo que me desmayé. Mantuve mis ojos cerrados por un largo rato, se escuchaban pisadas cerca de mí, también el sonido de algunas llaves chocando una con la otra, y podía sentir como una mano pesada se posaba en mi rostro. No lo iba a negar, tenía miedo, esa mano fue bajando lentamente hasta mi garganta y mis pelos quedaron de punta cuando sentí que dos manos hacían fuerza sobre ella, abrí mis ojos y me levanté de golpe para tratar de defenderme pero creo que estaba siendo en vano ya que el hombre enmascarado que tenía enfrente de mí era mucho más fuerte que yo, a pesar de tener una máscara pude notar que aquel hombre estaba sonriendo, y podría asegurar que él no tenía intenciones de detenerse
Mi vista empezó a nublarse y pude sentir como la venas de mi frente empezaban a tensarse, él estaba cortando poco a poco mis vías respiratorias y el oxígeno estaba empezando a ser desconocido para mi, pero logré escuchar como aquel hombre decía "Que placentero se me hace verte luchar Park Jimin" y luego como otra voz, más gruesa y espeluznante decía "Yeonjun deja de Jugar, detente"
No recuerdo mucho después de eso, solo volví a sentir como mi cabeza daba vueltas y ya. Nuevamente abrí mis ojos, mi vista inmediatamente se enfocó en un señor que para mi memoria en esos entonces, nunca en mi vida había visto. Él me miraba con deseo y al mismo tiempo algo de amargura, él detallaba cada cosita de mi rostro mientras lamía sus labios, hasta que se palmeó sus muslos y empezó a caminar hacia la única puerta que había por allí, luego por esa misma puerta entraron otros tres señores de edad, los tres vestían ropa que a distancia se notaba que era extremadamente cara, todos cargaban un cubrebocas negro y una vez que la puerta se cerró los tres me miraron de arriba a abajo y se acercaron de una manera desesperada, lo único que pude pensar antes de eso es que estaba jodido, yo estaba muy débil en ese momento como para quitarme, pero a pesar de que no tenía ninguna atadura y que tenía ropa holgada, no pude mover ni un solo centímetro, y contar lo que cada uno de ellos me hizo es completamente asqueroso y doloroso
Uno de los señores a pesar de verse muy anciano tenía su cabello color naranja, otro de ellos tenía barba carrasposa y el otro tenía un tatuaje en la nuca. El hombre de barba carrasposa tiró de mi camisa como si fuera un trapo y sujetó mi cabello con fuerza hacia atrás, los otros dos hombres se encargaron de quitar el resto de prendas que yo tenía para luego introducirse dentro de mí, ambos al mismo tiempo.
