⸝⸝ ⊂ ➜﹒ Park Jong-Seong es uno de los mejores abogados de Seúl. No puede perder su tiempo en relaciones amorosas, por lo que cubre sus necesidades saliendo con mujeres que conoce de forma anónima a través de una pagina de ligues.
Tiene un gusto mu...
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JONGSEONG.
—¿Te dije ya que gane el primer lugar en la competencia y ahora todos los cuadros que pinte en un futuro, se expondrán en galerías famosas? —me dijo Seo Hyun la mañana siguiente.
Había estado hablando con ella desde que llegue del trabajo, pero no mencione el hecho de que me colgó el teléfono la noche pasada. Más adelante recibiría un castigo...
Menos de dos semanas...
—¿Te dije o no? —insistió.
—No, y si no vas a decir cuándo y cuales serán las galerías donde estarán los cuadros, entonces no me interesa.
—¡Vaya! ―se rio—. ¿Sigues enojado por lo de anoche?
—Enojado no es la palabra correcta, yo creo que más bien es furioso...
—¿Fue por qué colgué?
—Sí, por que se que gemiste fuerte cuando te corriste y me colgaste porque no querías que te escuchara.
Se quedo en silencio.
Yo estaba a punto de decir algo cuando Hikaru entró de repente en mi oficina con una sonrisa en la cara.
—Espera un poco— me puse teléfono contra el pecho. —¿Qué quieres, Hikaru?
—Las entrevistas finales comenzaran dentro de veinte minutos. Tiene que estar en la sala de conferencias.
—Iré en cuanto este disponible — repuse, fingiendo que no veía que me lanzaba un beso, y espere hasta que cerro la puerta—. Te llamaré más tarde, Seo Hyun. Ahora mismo me surgió una reunión.
—Estamos igual. Yo también tengo una reunión.
—¿Con tu cliente del arma?
—No, algo mucho peor. Entrevistas de pasantes.
—Parece que se trata de una plaga —suspiré al tiempo que me ponía el saco.— A mí también me toca lo mismo.
—¿Un consejo que me quieras compartir?
—Finge que estás prestando atención mientras responden las preguntas, y asegurate de tener batería en el móvil para que puedas comprobar las respuestas en internet.
—Para mí no —se rio. —Para los pasantes. Algo que pueda aconsejarles o decirles en caso de que se pongan nerviosos.
—Ah... —me encogí de hombros. Diles mi frase.
—¿Y cuál es tu frase?
—Es como es y ya esta.
—Mejor no te hubiera preguntado nada.
—Exacto, adiós— colgué con una sonrisa.
—¿Señor Park? —Hikaru entró de nuevo a mi despacho.— Quieren que eche un vistazo por encima a los currículos antes de empezar.
