Primera parte 🔥💖

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Ciudad del Cabo, Sudáfrica.

—No me da buena espina ese viaje.—Martín arqueó una ceja cuando Damián le mostró los pasajes de avión que compró.

—¿Por qué no?

—No lo sé, vamos en una temporada que ni siquiera hay nieve con un montón de monigotes, y no podremos encender la chimenea—explicó mientras tecleaba en el ordenador, y enviaba el último correo electrónico. Damián lo esperaba leyendo una revista en el sofá. Había salido antes del trabajo ese día.

—Siempre te quejas de que no pasamos suficientes tiempo con nuestros amigos por culpa del trabajo—argumentó Damián—. Esta invitación la considero un regalo maravilloso de parte de Chase y Lautaro, ¿por qué no quieres ir ahora?

—Es Halloween.

—¿Y?

—No voy a poder hacerles las bromas anuales, y este año tenía en mi mente varias.—Damián dio un suspiro.

—Tú no aprendes, ¿verdad? La última vez Dominic dijo que si hacías una broma igual iba a descuartizarte, y perdóname, yo las amenazas de un Callum no me las tomo a la ligera.

—Se manchó su traje, ¿qué? ¿Acaso no tenía dinero para comprar otro? Es un llorón.

—A Chris tampoco le gustó la broma.

—¡Por qué no tienen sentido del humor! ¡Es Halloween! ¡Se trata de miedo, sustos, y bromas, y comer dulces hasta que te explote la panza!—Martin cerró la computadora, y Damián reía, cruzado de brazos.

—¿Qué pasaría si te las hicieran a ti?

—¿Ellos no harían algo así?

—¿Y si un día te devolvieran la mano? ¿Te enojaría?

—Por favor, Damián. Somos adultos, jamás me molestaría algo así.—Martin se acercó y le apartó las piernas al médico quien abrió los brazos y lo recibió cuando se sentó a horcajadas en su regazo—. Esta chaqueta cada vez te queda mejor.

—Gracias—replicó Damián mientras le besaba el cuello—, es bueno saber que a mi esposo le gusta.—Martin se mordió el labio inferior, y de inmediato su mano viajó al pantalón de Damián quien lo apartó—. En serio hombre, ya te dije que aquí no.

—No te molestó la última vez.

—No debió haber pasado.—Damián le apretó las nalgas con firmeza, y lo llevó más cerca de su cuerpo.

—¿Y la anterior?

—Tampoco.

—¿Y la vez cuando me...?

—Martin—interrumpió Damián el hilo de la conversación que ambos sabían cómo terminaría—, es tu ambiente de trabajo ¡Eres el jefe, por Dios! ¡Se supone que das el ejemplo!

—Sí, de lo que no se debe hacer.—La lengua de Martin se paseó con su seducción alrededor de su propia boca, de bajó del regazo y se arrodilló entre las piernas de Damián, quien rio ante la locura de ese hombre que tenía erotismo y diversión en cada célula de su cuerpo.

La locura era contagiosa, Damián estaba seguro de ello cuando no le impidió sacar la verga escondida entre su pantalón y el boxer, y comenzar a empuñarla.

—Martin.

—Me encanta que hayas tomado la iniciativa del viaje—dijo antes de darle un lametón a la carne, luego otro, y otro. Damián jadeó—. Vamos a ir.

***

«Dijo que sí, nos vemos allí en dos días».

Chris Janssen soltó una carcajada cuando leyó el mensaje de Damián Blake. Estaban en la piscina climatizada mientras Ignacio terminaba de arreglar unos pendientes del hotel por teléfono a su lado.

TRUCO O BESO - Un relato de Haloween +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora