Segunda parte 🔥💖

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El crepitar del fuego en el silencio de la noche. Los hombres reían mientras escuchaban las historias de Dominic y Jared. Habían pasado varias horas en ese mismo lugar, desde el almuerzo, y ya estaban listos para la cena. Azali, Emiliano, y Mike estaban en la piscina.

—¿De verdad esto fue un regalo?—preguntó Niek a Chase mientras observaban los dos árboles gigantes de manzanas.

—Algo así—explicó—. Esther, la madre de Ignacio, nos lo regaló cuando nos casamos, era una pequeña planta en una maceta, dos para ser precisos. Las coloqué allí, y bueno, echó raíces de las fuertes.

—Me encantan.

—Deberían poner frutales donde ustedes viven.

—No lo sé.—Niek se encogió de hombros—. Me parece que no quedan con la estética de la casa.

—Ya le he dicho que necesita vegetación.—Hamed se sentó a su lado, y puso en la mesa una botella de vino—. Creo que lo tomaremos como idea.

—¿No te gusta la piedra?

—Hace demasiado calor en verano—aseguró Hamed.—La vegetación es fundamental, a mí me encanta el jardín, Niek es más de lo artístico. Para él las esculturas y el concreto es especial.

—Lau primero tenía miedo de ponerlos ahí—agregó Ignacio a unos metros de ellos, Lautaro entornó los ojos.

—No tenía miedo.

—Claro que sí, pensabas que el Chochón iba a esconderse entre ellos.

—¿Qué carajo es eso?—preguntó Martin quien, para variar, estaba en el regazo del doctor Blake.

—Es una historia tonta, sin importancia—agregó Lautaro.

—Para nada—continuó Ignacio—, el Chochón es un monstruo de orejas muy largas que puede adoptar diversas formas a través del tiempo. Dicen que se esconde entre los árboles, o en lugares oscuros y solitarios, como el espacio de esta mansión por ejemplo. Además, algunos le dan la facultad de cambiar el clima.

—Vete a la mierda.—Lautaro le mostró el dedo medio a Nacho y este se rio—. Ya te dije, son historias tontas.

—Y es que este sitio se presta para esas cosas macabras—agregó Martin.

—Por Dios, Driesen, lo único que falta es que me digas que tienes miedo—agregó Dominic.

—Pues da un poco de miedo, si les soy sincero.

Los hombres se miraron entre sí, y comenzaron a reír. Martin se encogió de hombros. No entendía cuál era la parte graciosa de la historia.

—¿Alguien quiere más vino?—preguntó Chase, y levantó la botella.

—Yo lo traigo—dijo Damián.

—Ya no queda más en la cocina, hay que bajar al sótano.

—No hay problema—dijo el hombre—, solo dime por dónde es.

Lautaro le indicó por dónde debía bajar, y Damián se marchó. Los hombres continuaron hablando, fue cuando escucharon un grito, y ruido de botellas desde el sótano. Jared frunció el ceño.

—¿Y eso?

—¡Damián!—gritó Martin, y todos se movieron a paso apresurado hacia el sótano.

Bajaron las escaleras a trompicones, todos juntos. Martin iba adelante desesperado, llegaron al enorme sótano que tenía la dimensión de toda la casa, eran alrededor de mil metros cuadrados cubiertos. Todo estaba a oscuras.

TRUCO O BESO - Un relato de Haloween +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora