02

4.5K 368 8
                                    

Baje de la limosina mientras arreglaba mi falda de uniforme, me acerque a Chuck quien tenía mi mochila en su hombro.

—Llegaré tarde a mi siguiente clase —tome mi mochila dándole una sonrisa.

—No lo creo aún es temprano —miró sugestivamente el reloj que abrazaba su muñeca.

—Blair debió haber llegado hace alguno minutos.

Mencione mientras empezaba a subir las escaleras, escuché a Chuck decir algo en voz baja mientras caminaba en dirección contraria a mi.

—Te veré luego Juliette —menciono a lo lejos.

Pare mi caminar y lo observé como se perdía mientras se alejaba, suspire antes de sentir una mano tomar mi brazo.

—Juelitte —Blair me abrazo emocionada dejando un pequeño beso junto a mi mejilla.

—Blair.

Salude antes de darle una rápida mirada a las dos chicas que se encontraban a su lado, su pequeña secta había regresado este año por lo visto, las tres vestían casi igual a Blair con el uniforme y con el típico pañuelo en sus cuello y la diadema que decoraba sus cabelleras.

—Dios, ayer Serena se atrevió a ir a la fiesta de mamá —rodó los ojos mientras se sentaba en una grada.

—Entonces es cierto que volvió —murmure sentándome una grada más abajo que ella.

—Ha mi también me gustaría que fuera una broma de chica indiscreta —hizo un mueca mientras suspiraba.

Al rato una rubia delgada se nos acercó la distinguí como Jenny Humphrey, sonría emocionadamente mientras caminaba hasta detenerse frente a nosotras, ella nunca me había caído bien.

—Jenny, ¿cómo estás? —Blair le hablo con su usual tono.

—Bien —respondió simplemente aún sonriente —, por cierto aquí están tus entradas.

Le extendió una pequeña caja llena de sobres con decoración, Blair sonrió y le extendió un pequeño rollo de billetes. Pronto otra rubia se nos acercó.

—Serena, que gusto verte —Blair le sonrió de manera falsa.

—Chicas —nos sonrió mientras arreglaba el bolso sobre su hombro—, Veo que aún sigues haciendo tu pijamada anual.

—Si, es una tradición —sonrió de la misma manera antes de observar la caja entre sus manos—, lastimosamente no sobre ninguna para ti.

Hizo un pequeño puchero mirando a la rubia, Serena sonrió con un toque de arrogancia antes de darme una mirada de arriba para abajo.

—No te preocupes, ya tengo planes para esta noche —nos sonrió tratando de no dejar de parecer amable—, permiso.

Sister; C. BassDonde viven las historias. Descúbrelo ahora