Capítulo 6: Picnic.

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Le pasó un casco a Veloz y esperó a que esté se subiera a la moto mientras amenaza a Chico Flash que cuide el postre.

—Más te vale que el flan llegue intacto o serás calabaza aplastada —vuelve a repetir Robin.

—¡Ya me lo has dicho diez veces, once con esta!

—¡Es que te conozco! —replica Robin molesto.

—Me voy, los veo allá, ¡No tarden!

Chico Flash desapareció con el flan en un parpadeo. Por otro lado, el líder de los Titanes espero que su casi algo falso se acomodara en la motocicleta y, cuando estuvo listo, comenzaron su camino hacia el parque a las afuera de Jump City.

Eran las once en punto cuando salieron de la torre, en poco más de treinta minutos llegarían al lugar de destino. Veloz se fue con él debido a que su propia moto está en el taller por culpa de una Bumblebee que pensó que sería divertido acelerar hasta el tope y no agarrar el freno, cabe aclarar que ella no estaba sobre el vehículo.

La forma en la que debían ir vestidos está vez es con ropa deportiva que no les causará incomodidad a la hora de realizar las actividades. También debían llevar ropa extra por si participan en alguna que los pueda dejar muy sucios. Claramente ninguno de ellos tres lleva algo para cambiarse.

Veloz se agarra de forma floja a la camiseta de Robin como si no temiera por su vida, iban a una velocidad demasiada alta que, si no fuera un conductor experto, sería peligroso. Bueno, aún seguía siendo peligroso. El líder de los Titanes bufa burlón y con la mano izquierda hace que la Zanahoria Arquera se abrace a su cintura.

El arquero parece resistirse al principio pero después de que Robin hace el amago de que se van a estrellar contra una abuelita, se deja hacer mientras se queja de que no es un niño miedoso.

—¡¿Tienes miedo, cariño?! —grita Robin con diversión y burla para hacerse oír sobre el viento.

—¡Quisieras, enano! —contesta de la misma forma Veloz mientras con una mano pellizca una tetita de Robin quién choca su cabeza con la suya para que lo deje en paz.

Veloz no lo admitirá pero, a pesar del aire que golpea contra ellos, el cuerpo de Robin se siente demasiado cálido.

Llegan al lugar de destino luego de un tiempo. Robin debía ser sincero, no le sorprende en lo absoluto la decoracion está vez. Desde afuera se notan las mantas en suelo para cada pareja y en el centro como si fuera un exótico centro de mesa un jarrón con una rosa. Arriba, de extremo a extremo, luces de colores que se ponen en los árboles de navidad con guirnalda de corazones como si fuera San Valentín.

Al menos está vez tenía algo navideño.

Estacionó su motocicleta en el estacionamiento privado que los Titanes se habían armado. Junto a Veloz caminaron a la entrada donde Chico Flash los estaba esperando.

—¡Se tardaron una eternidad! —se quejo el velocista cuando los vió acercarse—. No me dejaron entrar si no venía con mis pareja.

—Nosotros no tenemos super velocidad como algunos —comentó con obviedad Veloz.

Los tres caminaron a la entrada, Cyborg junto a su novia estaban verificando la comida que traen los invitados. El robot procesó el flan y, al segundo, los dejó entrar. Solo un comentario para la novia del robot: Jinx se veía preciosa.

Dejaron el flan en la mesa de postres y cada uno agarró un poco de lo que los otros habían traído. Robin se llevó un pedazo de tarta de manzana, Veloz un poco de pastel de frutas y Chico Flash un poco de todo. Luego, cada uno agarró por su lado.

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