Chocolate Caliente

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Enciendo mi computadora portátil y voy a la cocina para hacerme un café negro. Era casi el mediodía pero mi cuerpo se sentía cansado por la noche anterior. Sin embargo, estaba acostumbrada a levantarme a la hora que quería porque podía hacer mi trabajo en un horario bastante flexible. Sólo tenía que cumplir con la fecha de entrega y después de muchos años de experiencia ya tenía mi propia rutina efectiva de trabajo.

Tomo asiento en mi escritorio y abro la ventana para que la luz natural y el café me terminen de despertar. Luego leo rápidamente todos los correos electrónicos y trato de responder los más importantes antes de empezar a escribir el nuevo capítulo del libro que en el que estaba trabajando. Una hora después tengo una videollamada con Roxanne, mi publicista. Ella quería que tuviera una reunión de negocios con una editorial pero no estaba convencida con su ética de trabajo, sin embargo la paga era buena y eso era lo único que me mantenía lo suficientemente interesada. Así que paso otra hora más charlando con ella y negociando los puntos que quiero tratar para cuando tenga esa entrevista.

Para cuando finalizo la llamada siento que toda la energía y la creatividad se esfuman de un plumazo y me froto los ojos con frustración. Últimamente me estaba costando encontrar la inspiración y eso no era una buena señal. La fecha de entrega del primer manuscrito se acercaba y estaba lejos de tener algo que fuera bueno. Sin embargo me obligo a seguir escribiendo, todo lo que pudiera mejorar o agregar lo haría sobre la marcha, y eso era mejor que no hacer nada. Entre párrafos de pura mierda almuerzo un sándwich de pollo y media banana. Y el único momento en el que me tomo un descanso es para ir al baño. Cuando regreso a mi habitación cierro la ventana. El sol estaba bajando y el aire fresco había enfriado el ambiente cálido y agradable. De pronto se me antoja un café caliente y algo dulce para acompañarlo. Así que apago la computadora, tomo mis llaves y me pongo un saco de hilo antes de dejar mi casa.

Vivo en una zona céntrica y aunque el verano estuviera terminando aún quedaban unos cuantos turistas paseando por las calles de mi ciudad. Sonrío y observo con disimulo el rostro de la cantidad absurda de personas que no conocía. Ellos eran mi inspiración diaria y muchas veces cuando sufría un bloqueo creativo lo único que tenía que hacer era caminar un par de cuadras y las ideas volvían a apoderarse de mí.

De pronto se me viene a la mente el rostro de un desconocido con cara de bebé gigante. Saco el teléfono de mi cartera y me muerdo el labio cuando veo el nombre de Nathan en mi lista de contactos. La noche anterior había agendado su número mientras viajaba en el taxi de camino a casa y por alguna extraña razón tenía deseos de volverlo a ver. ¿Qué estúpida, no? Me había asegurado de dejarle en claro que no tenía intenciones de pasar el tiempo con un niño. Sin embargo, la curiosidad me estaba matando y quería saber más de él. ¿Qué podía hacer? Aún era muy pronto para volver a verlo. Si le escribía con sólo un día de diferencia iba a creer que estaba desesperada y eso era exactamente lo último que quería que pensara. Pero al mismo tiempo quería probar si realmente todo lo que había dicho en el bar era verdad o si había sido insistente aquella noche sólo para poder meterse en mis bragas.

Sonrío con malicia y le envío la ubicación de una cafetería que quedaba a un par de cuadras de donde estaba. Él no tenía mi número de contacto, y no había manera que supiera que era yo. Así que, ya que necesitaba ir a por un café, iba a aprovechar la oportunidad para ver qué tan lejos el joven podía llegar. Me tomo mi tiempo y camino despacio. Soy realista y sé que es casi imposible que Nathan se presente. Quiero decir... ni siquiera sabía si él vivía por aquí o si sólo estaba de visita en la ciudad. Pero una parte de mí tenía esperanzas de encontrarlo y siento vergüenza de mi misma por admitir aquello.

Mi teléfono suena unos segundos después y lo atiendo con decepción. Es mi amiga Katherina.

-Hola, perdida -dice con la voz rota-. ¿Ayer te fuiste con aquel bombón que te estaba haciendo compañía en la barra? ¿Es por eso que te marchaste sin decirnos adiós?

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⏰ Última actualización: Nov 06, 2023 ⏰

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