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Becky llegaba al auto e intentaba abrir la
puerta sin que Freen se le cayera o escapara, pero era difícil no sostenerla con ambas manos ya que la pelinegra seguía pataleando.

Becky la sostuvo con fuerza con una sola mano y se apresuro a abrir la puerta para volver a sujetarla.

La abrió por completo con ayuda de su pie y finalmente bajó a Freen, ella quiso alejarse pero la sostuvo de su muñeca y batallaba para hacerla ingresar.

Logró adentrarla dentro y al ver que quería
volver a salir, la empujo de la cabeza para
adentro. Cerró la puerta y corrió al otro
extremo, entrando justo a tiempo para
sostenerla y no permitir que saliera del auto.

—¡Suelta me ! - la manoteaba.

—Con mucho gusto lo haría pero son ordenes de su padre - batallaba mientras intentaba encender el auto - ¡ya! ¡comporta te!

—¡No quiero! - intentaba pegar en la cabeza a la castaña, Becky solo se cubría con su brazo.

El auto encendióy aceleró de inmediato,
ya quería alejarse por completo de esa
quisquillosa pelinegra y continuar con su
trabajo.

El recorrido fue muy estresante para Becky,
mantenía ambas manos en los volantes y su
expresión era de irritación y amargura pura, como si estuviera a punto de estallar.

Freen llevaba picandole durante todo el
recorrido con un lapicero, picaba su mejilla
una y otra vez mientras se miraba las uñas.

—Deje de hacer eso -Becky habló entre dientes.

—No quiero - se cruzaba de piernas - ¿por qué? ¿te molesta?

Becky se mantuvo en silencio y apretaba el
volante con fuerza, Freen siguió picandole la mejilla y sorpresivamente para ella, Becky giró su rostro y atrapó el lapicero de una mordida y se lo arrebató, tirándolo por la ventana.

Freen estaba en shock.

—¡Salvaje!

—¡Engreida!¡¿Perdón?! ¡¿como te atreves a hablarme así?!

—¡Es lo que es, una engreída, irritante y
molesta niña mimada!

❖❖❖

El señor Sarocha esperaba impaciente a que Becky llegara con su hija, caminaba por los espacios de su oficina cuando observó por la ventana que su auto iba acercándose y se estacionaba frente a su edificio.

Se acercó para asegurarse que así fuera, cuando viró los ojos al ver como la jardinera y su hija batallaban dentro del auto como si fueran dos niñitas.

Bueno, al menos la trajo.

Se alejo para dar aviso a su socio de que su
hija había llegado.

—Baje, por favor - Becky abría la puerta para la pelinegra.

—No - Freen se mantenía de brazos cruzados.

Becky suspiró y se atrevió a tomar su muñeca, tenía permiso de su jefe de usar la fuerza en caso Freen se rehusara a subir.

—¡no me toque! - intentaba zafarse pero Becky la sacó fuera del auto y nuevamente la cargó sobre su hombro - ¡baja me! -golpeaba su espalda.

—¿Quiere que gire otra vez? - advirtió.

—¡No! - se apresuro a decir, suspiró con
resignación y se dejó caer como un costal -
lleveme - murmuró por lo bajo.

—Así me gusta - pronunció para ella misma, sonriendo.

Lovesick Girls [BeckFreen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora