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Querido diario

Ah, aún recuerdo a una amiga de María llamada Andrea, la cual venía todos los días, y yo no le dejaba vida diciéndole que estaba enamorado de ella, y no la dejaba en paz, ¡¡Nuncaaaaaa!!!!! Prácticamente era como un acoso,  literal, y ella jamás me llegó a hacer caso, y siempre me  vivía evadiendo cuando no la dejaba quieta.

Diario de una familia disfuncional Donde viven las historias. Descúbrelo ahora