Capítulo 2

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Estábamos en el coche de camino a la fiesta de Nick, un amigo de Cameron. Ni siquiera lo conocía, pero no iba a negar una invitación para emborracharme. 

Ya me afrontaría a mi familia mañana por la mañana.

—Pon Adele —le pedí a Cam.

Siempre usábamos el coche de su padre para ir a cualquier sitio, y por lo normal él era el que lo conducía y yo me encargaba de la música. A Cameron no le hacía gracia poner el coche de su padre en mis manos, solamente lo conducía en casos muy extremos.

—Vamos de camino a una fiesta, no a un entierro —indicó mirándome con una pequeña sonrisa.

—Oye, ¿Qué te ha hecho Adele?

Alargué el brazo para cambiar la reproducción de la música, pero antes de que yo pudiera hacer nada el coche se paró de un golpe seco.

—Hemos llegado —anunció guiñándome el ojo —A la vuelta pon lo que quieras, estaré demasiado borracho como para contradecirte.

Lo miré con los brazos cruzados. 

Cameron sin decirme nada salió del coche y me abrió la puerta.

—Madame —pidió incurvándose en una leve reverencia.

Aproveché que se había quedado a mi altura para golpearle la cabeza. 

—Pienso romperte la radio de vuelta —sentencié.

 Cam me rodeó el brazo por los hombros.

—¿Te tengo que hacer de guardaespaldas? —me preguntó

Preferiría que alguien me hiciera un mapa de la casa. Era enorme, ¿Cómo no había asistido a una de estas fiestas antes? ¿Y por qué no había visto esta casa antes? Era hermosa.

—Tú sólo dime dónde está el baño —le pedí con una risa mientras seguía contemplando la grandiosidad de la casa.

—¿Ya tienes pensado vomitar?

Cada vez que nos encaminábamos al interior, la música se agudizaba más. Se oía a gente riendo y gritando. 

Cameron se acercó a la entrada y dio varios golpes con los nudillos sobre la madera de la puerta.

—Igualmente estaré encima tuya durante las primeras horas —indicó dándome un beso en la cabeza. 

De una sacudida alguien abrió la puerta.

—Caaaam!!! —le gritó a mi amigo abriéndole los brazos, ambos se chocaron las manos en un saludo.

El chico en una de las manos llevaba una botella de alcohol y me señaló con ella.

—¿Y tú eres? —preguntó mientras le daba un trago a la botella, sin sacarme la mirada de encima.

Tenía el pelo desordenado apuntando a todas direcciones y una camisa casi totalmente desabotonada. Pero aún así no perdía su postura autoritaria.

Di un paso hacia delante.

—Dakota —me presenté tendiéndole la mano —, una amiga de Cameron.

—La mejor amiga de Cam —indicó con una sonrisa amistosa —. Perfecto, pasen.

Se hizo a un lado para dejarnos espacio.

Las luces cegaron mis ojos, a penas podía ver a la gente de la fiesta. Tardé un tiempo en acostumbrarme a los focos de luces. La música debía de estar a cargo de un DJ, y claramente con un buen equipo de sonido, a pesar de la enorme dimensión de la casa, la música llegaba a la perfección por todos los rincones. 

—¿Algo para beber? —nos ofreció el chico de la entrada.

—Ya nos servimos nosotros —dijo Cam— gracias, Nick.

Me lo quedé mirando con los ojos entornados.

¿Nick?

Así que él era el dueño de la casa.

—Cualquier cosa me dicen —sentenció el chico.

Se despidió con un leve movimiento de cabeza y nos dejó a los dos solos.

Me giré para quedar frente a Cameron.

—¿Nick? —le pregunté con las cejas fruncidas.

Cam dejó escapar una risa.

—Te caerá bien —me agarró de la mano y me llevo hacia el patio.

El patio estaba a rebosar de gente y de parejas que se metían mano por debajo del agua. Nick tenía una piscina enorme, llena de inflables con todo tipo de formas. Al otro extremo del patio, habían unos hamacas hechas de madera, que las ocupaban grupos mixtos de chicos y chicas hablando y tomando alcohol.

Cameron me acercó a uno de esos grupos.

—Ven, te presentaré a unos amigos —ofreció.







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⏰ Last updated: Nov 05, 2023 ⏰

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