Cap único

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La mañana era perfecta, la nieve cubriendo hasta donde la vista alcanzaba provocaba una sensación de hormigueo y felicidad en Hipo, que sonreía mirando embobado por la ventana. Aunque seguramente fuera el hecho de que en tan solo un par de horas iba a contraer matrimonio con el amor de su vida.

—Chico, ponte recto—Pidió Bocón divertido mientras terminaba de dar los últimos retoques a la apariencia de su aprendiz.

Hipo rió nervioso y se rascó la nuca desviando la vista de la ventana.

—Perdona Bocón, es que...

—Estás emocionado, lo sé—Le sonrió y le permitió bajar de la plataforma en la que estaba—. Ya era hora al fin y al cabo.

El castaño rodó los ojos y negó sin poder disimular su sonrisa.

—No estábamos preparados.

—Lleváis comprometidos cuatro años.

—Lo sé Bocón—Se cruzó de brazos—Supongo que nos daba miedo que el cambio... empeorara las cosas—Suspiró.

—Oye—Puso una mano sobre su hombro—Sois unos aventureros desde muy jóvenes, habéis vivido cambios mucho más radicales juntos  y los habéis superado con creces, no dejes que el miedo pueda contigo ahora.

Hipo sonrió y negó con la cabeza.

Él sonrió también y le dio un apretón en el hombro con cariño.

—Seréis unos grandes jefes.

Hipo apretó su mano y tomó aire asintiendo.

—Gracias Bocón...

—¿Qué ocurre?—Preguntó en rubio cuando Hipo se quedó callado un rato.

—¿Crees que hice bien el otro día?

—Oh, sí—Sonrió—Te impusiste a algo a lo que ni Estoico se había atrevido a cambiar ¿Y tú hablas de miedo al cambio después de eliminar el consejo y subir la potestad de Astrid como jefa?

Hipo rió.

—No se lo tomaron muy bien.

—A nadie le gusta perder poder Hipo. Pero no te preocupes por eso, hoy es tu gran día. Hoy solo tienes que centrarte en que tú y Astrid al fin vais a ser marido y mujer.

Hipo tomó aire y cerró los ojos.

—Desearía que mi padre pudiera verlo...

—Él lo está viendo Hipo, desde el Valhalla-Miró hacia arriba y suspiró—Seguro que está muy orgulloso.

-Gracias Bocón.

Suspiró y juntos salieron de la casa para caminar hacia el precioso lugar en el que ambos jóvenes vikingos consagrarían sus vidas frente a los dioses.

Minutos después, uno frente al otro, los ojos de ambos brillaban fijos en el contrario y carentes de cualquier atisbo de duda o miedo del pasado. Ambos estaban completamente centrados en el momento y emanaban una calidez y alegría que tenía contagiados a todos los vikingos presentes.

—Hola—Saludó el jefe contento en un susurro observando la incomprensible belleza de su prometida.

—Hola—Le imitó Astrid divertida por su saludo casual y con un ligero sonrojo.

Cuando unieron sus manos Astrid agradeció inmensamente el reconfortante calor de las manos del joven y la cariñosa caricia que le otorgó.

Cuando finalmente cerraron la ceremonia con el beso que llevaban minutos esperando los vikingos gritaron llenos de euforia mientras Valka sonreía y rodeaba con sus brazos a Bjorn e Ingrid, que reían alegres por la felicidad que se veía en su hija.

Una boda diferente (one-shot) (Hiccstrid) (Httyd)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora