Capítulo 1 - Las cinco reliquias

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Era una noche lluviosa en la antigua mansión abandonada de Feux. Sus cuatro hermanos descansaban plácidamente en sus habitaciones, pero él estaba con su mejor amigo platicando en la sala de estar.

- ¿Piensas explicarme por qué ahora tienes lava en el pelo y en la piel? - le preguntó otra vez Fab, recargando sus piernas en una butaca mullida color vino.

- ¡Eso es justo lo que iba a hacer antes de que me interrumpieras!

-Argh, sólo sigue...

- Bien, ¿alguna vez has oido hablar sobre la leyenda de las cinco reliquias? - preguntó adquisitivamente, juntando sus manos y recargando su cabeza en ellas.

- No. Sabes que no soy ese tipo de persona con cultura general.

- Hmfh... en esa leyenda existen cinco piedras preciosas y brillantes, que se dice confieren gran poder a su dueño; quien tenga las cinco podría considerarse algo así como un dios. Además, cada una te transforma en una criatura diferente.

Fabrizzio prestó un poco más de atención al oír la última frase.

- La primera es la piedra de la naturaleza, te permite hablar con los animales y te transforma en uno; la segunda es la piedra urbana, te permite controlar la roca y los minerales y endurece tu piel; la tercera es la del cielo, no se sabe muy bien qué hace pero se dice que te crecen alas.
La última es la que nos importa, la piedra del infierno. Ésta te da la habilidad de controlar el fuego y crear magma con tus manos, además de transformarte en un ser con partes de lava.

- Entonces esa es la que encontraste tú y por eso ahora eres una especie de demonio. Lo que no me explico es, ¿dónde la encontraste? ¿y cuál es la última piedra? Dijiste que eran cinco, pero sólo me hablaste de cuatro.

- Bueno... es que no tenemos mucha información sobre esa. Cada persona que entra en contacto con esa piedra acaba muriendo de las formas más atroces y grotescas posibles.

- Guau. ¿Y dónde la encontraste?

- Eh... En una cueva.

- ¿Una cueva? ¿qué hacías adentro de una cueva?

- ...

- Max... ¿tuviste otro de esos ataques nerviosos?

No respondió. A él a veces le daban pequeñas oleadas de ansiedad y se veía en la necesidad de desahogarse golpeando algo, normalmente muros o paredes. A veces lo hacía con tanta fuerza que sus nudillos sangraban, pero según él era la única forma de aliviar el dolor, con más dolor.

- Ya te dije que debes parar... Algún día vas a terminar desmayado y no estaré ahí para ayudarte.

- Sabes perfectamente que no puedo controlarlo.

- ¿Todavía traes la gema contigo? - suspiró Fab, tratando de cambiar de tema.

- Claro, aquí está - extendió su puño hacia el otro y lo abrió, revelando una pequeña piedra color naranja con detalles rojizos.

- ¿Puedo- ? - comenzó Fab, pero el pequeño guijarro brilló con intensidad mientras acercaba su pálida mano. Emanaba un extraño calor y un aroma a fogata.

- Creo que es peligroso, no te recomendaría acercarte.

- Vaya...

- Oye Cap

- ¿Qué pasa?

- Ahora que lo pienso... ¿No podría ser que la piedra de la naturaleza sea la explicación de tus orejas? - lo miró a los ojos con curiosidad.

Fab tenía unas orejas de gato del mismo color marrón que su pelo colocadas como cuernos a ambos lados de su cabeza. De pequeño en la escuela lo molestaban con ellas, así que siempre llevaba un sombrero como de pescador color amarillo con ojos y pico de un pato para cubrirlas.

Las Reliquias Del Poder (Nugget SMP AU) ||HIATUS INDEFINIDO||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora