Frente al rey

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🏰EN VONDOR

Después de recuperar el aliento, Dulce y Christopher se dirigieron a otra habitación de la casa donde encontraron una cama individual muy sencilla. Tomó una manta y la extendió sobre el colchón.

Los dos se metieron allí y permanecieron abrazados durante largos minutos, intercambiando apasionadas caricias y besos. Ambos felices de estar en brazos del otro.

Ucker: ¡Podría quedarme aquí el resto del día con la boca pegada a la tuya! (Dice luego de terminar un beso húmedo que duró incontables minutos)

Dulce- ¡Yo también! Es tan bueno besarte, tocarte, sentirte de ¡todas las formas! (Usa la punta de su dedo índice para trazar el contorno de sus labios hinchados)

¿Pasaste la noche aquí, chica testaruda? (Acaricia la espalda desnuda de su mujer con la mano extendida)

D-Sí. (Mientes) Pero iba a ir a la casa de Helga más tarde. Ella me ofreció refugio.

U- ¿Qué querías?

D-Por ahora sólo quería estar lo más lejos posible de ti.

U Estaba tan angustiada, mi amor. (Se quita los mechones de pelo de la frente) - Tenía miedo de no volverte a encontrar. Ni siquiera me diste la oportunidad de explicar las cosas.

D-Estaba muy molesta. No quería oírte decir que estabas con esa mujer porque ya estabas enamorado de ella antes de conocerme. Y si amaras a alguien más, ¿qué podría hacer? (Se encoge de hombros y se ríe)

¡U-Mi corazón te pertenece! Si no te hubiera conocido en la taberna no habría tenido escapatoria, porque de todos modos acabé enamorándome. ¡Eres maravillosa!

Intercambian sonrisas y un rápido beso.

¿Recuerdas cuando te dije que me salvaste la vida dos veces? (Dulce asiente) - Cuando golpeaste a ese hombre, se creó una distracción y pudimos escapar. Esos saqueadores sólo querían objetos de valor, pero hay muchos a quienes también les gusta matar.

D-Debes estar preguntándote qué estaba haciendo allí, ¿verdad? (Deduce)

U-Si quieres decírmelo... tenía miedo de preguntarte sobre eso porque aún no estábamos casados. No me debes ninguna satisfacción por lo que hiciste cuando no eras mi esposa.

D-Ese hombre que estaba conmigo es un pirata. Supe que podía encontrar y recuperar objetos robados. Saquearon un collar que me regaló mi mamá y que era muy especial para mí. (Mente)

U-Entendido. Estabas encubierto.

D si.

U-Me convenciste, porque realmente pensé que eras un sirviente. El más hermoso que jamás había visto.

D-Ni siquiera me di cuenta de las personas que estaban allí, mucho menos de un príncipe vanidoso y sin sentido.

¡Oye! (Se ríen) - Sabes, en varias ocasiones te comparé con el criado de la taberna. Noté que tenían el mismo color de cabello, la misma piel hermosa, los ojos, la boca, la altura. Creo que no me di cuenta de la verdad antes debido a las absurdas diferencias entre ustedes dos.

Dulce rueda hacia un lado y está encima de Christopher. Se sienta sobre su abdomen y le toca la cara con cariño.

D-Al final, consiguió todas las mujeres que quería, señor Uckermann. (Le acaricia el pelo con las manos y lo mira y se fijo en los ojos)

U-El sirviente no me quería. Hago el amor todos los días con la Princesa Dulce María. Con mi esposa. (Pone sus manos en sus caderas)

D-¡Ambos somos la misma persona! Me tenías de todos modos. (Se muerde la barbilla)

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