3 HORRIBLE MATRIMONIO

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En tanto vi a Freen alejarse, observé al profesor Saint entrar...

-Hola, Profesora Becky , ¿cómo está? ¿Qué tal su primer día?

Realmente tenía cosas que hacer así que fui breve.
-Estoy bien, ojalá usted también lo esté. Debo irme——Copié un poco las acciones de Freen, sin dejarlo hablar más yo me retiré.

Estaba caminando hacia afuera del instituto cuando en mi bolso sentí que vibró el celular.

//Heng//
(H) Hola, Patricia. ¿Ya vas a llegar?

(B) Holaa, buenos días primero que nada

(H) Sí, ¿ya vienes?

(B) Hoy saldré temprano pues sólo tengo que dar 3 clases pero quería pasar al centro comercial a comprar lo que usaremos para la cena de mañana. ¿Me alcanzas?

(H) Probablemente, no sé.

(B) Bueno, me avisas por favor.

(B) Te quiero, nos vemos...–——Para cuando dije eso, él ya había colgado.

Heng se ha vuelto un esposo tan desinterésado en mí, cuando éramos jóvenes solía decir que siempre sería como el primer día y hoy que tenemos 4 años de casados él ha perdido el interés.

POV Freen
Estaba verdaderamente harta de las clases pero finalmente llegó la noticia que todo el día anhelé.

-Jóvenes, el maestro de Filosofía no pudo venir así que ya pueden retirarse. Es todo por hoy

-Nam, ya vámonos––—Ella seguía ignorándome aún, es tan rencorosa.

-¿Nam?––—Me giré para verla y su expresión facial me causó gracia pero obvio, no sonreí.

-¿Qué dices? No pude escucharte

-Ya no estés enojada. Vámonos ya
––—Salíamos del salón cuando recordé que tenía que avisarle a mi madre que salí temprano. Nam al verme tomar el teléfono me detuvo

-¡No! Espera, no avises que salimos temprano, acompañame al centro comercial y entonces consideraré el perdonarte.

Estaba deseando que dejara de ignorarme así que sin pensarlo, cedí.
Estábamos afuera esperando un taxi hasta que uno atendió nuestra seña.

-Vaya, hasta que alguien se toma la molestia de hacer su trabajo.––—Dije en voz baja

-Shh, sé discreta o enfadaras al chófer y querrá bajarnos

-tranquilas, está bien.––—Dijo una voz varonil

-ajá

Miré a Nam y le dije
-Entonces ¿Ya he sido perdonada?

-Posiblemente pero aún no cantes victoria.

Llegamos al centro comercial y bajamos del taxi, entramos y estábamos en el pasillo de frutas, ¿Nam en verdad nos trajó hasta aquí sólo para comprar frutas que puede facilmente comprar en la recauderia que está cerca de su casa? En fin, sólo quería que dejara de ignorarme.

-Necesito un kilo de manzanas y también de mangos.––Me insinuó con la mirada que le ayudara

-Bien, pues tomalos entonces
––—Ciertamente no estaba dispuesta a ayudarle, no por que fuera mala con ella pero simplemente yo soy así.

-Sé que normalmente no eres de ayudar pero si quieres ser perdonada, deberías tener intenciones de ayudar a tu amiga.

Entendí eso pues tenía sentido, entonces volví a ceder.
-Bien, iré por un canasto.

En Silencio: Puede Ser Amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora