Foward

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Rich se levanta del sillón y cambia su samblante con rapidez — Vamos afuera, Farfa. —Tomó con leve fuerza el brazo de este y lo obligó a moverse

— N-No... Riiich... —Se quejó arrastrando sus pies, resistiendose

— Ya estabas drogado, ¿no?

— Qué le hace una raya más al tigre... —Se quejó casi triste, sin dirigirle la mirada

— Anda, vamos afuera. No quiero tus vómitos encima mío. —Demandó raspando su voz, aún llevando a la fuerza a su compañero. Su cabeza amenazaba con darle un dolor molesto en la cien y se estaba convirtiendo en una molestia tener que hacerse cargo de él

— Daale, Richie~ —Pusó sus pequeñas manos en la cintura del mayor — La noche es joven todavíaa~ —Rió juguetón y pegó su cuerpo al contrario

— ... Dioses. —Soltó con dificultad, ya le estaba costando hablar, pero llegaron a la salida del boliche y se sentaron en la vereda — Debería marcarle a... ¿Cómo se llamaba? —Preguntó arrastrando las palabras e intentando recordar el nombre de uno de sus amigos

— Ahg... Lo diré. —Dijo frustrado al no recordar con rapidez — ¡Ah! Al... ¿"Posho"? —Trató de imitar la pronunciación del apodo del morocho

— ¿Ese pelotudo? ¿Para qué? —Se le formó una mueca de desaprobación en su rostro al escuchar el sobrenombre — Ese no me conoce de nada... —Apoyó su mentón en el hombro del Wither Esqueleto y aprisionó suavemente con sus muslos el brazo que abrazaba con delicadeza

Al sentir su tacto posó su vista en él y analizó la mirada de quién lo sostenía.

Veía el rojecimiento al rededor de sus globulos y podía apreciar el reflejo del poste de luz en sus apagados ojitos. Farfa le regaló una sonrisa cansada apretando sus párpados y rió levemente, descansando su vista en él. Notó las ligeras pecas que se esparcían por sus cachetes y seguían bajando por su cuello y clavícula.
Había olvidado que Farfadox era un mestizaje entre Endermans y Magmacubes. De ahí el porqué de que sus alargadas orejas tenían la misma salpicadura de pequeños círculos del anaranjado que coloreaban sus grandes e hinchadas ojeras.

Pero Rich lo miró con indiferencia.

— No me... voy a quedar a hacerte guardía, Farfa. —Hizo una pausa y vió como sus ojitos se cerraban y su cara se entristecía con suavidad — Killer me espera en casa y me va a matar si no llego. —Se defendió con una vaga excusa, y sintió como el agarre del menor tomaba fuerzas

Sintió como su corazón tambaleó. Este siempre miraba hacia el abismo, pero juró que esta vez caería hacia el frío vacío. Oscuro, negro y desolador, como los ojos de los que él estaba enamorado.

Apretó sus dientes. Y más. Los apretó hasta que oyó algo quebrar y por inercia paró del susto.

No sabía muy bien si el crujir de su interior fue un diente suyo, o fue la expansión del eco de su agrietado corazón pasando por su estrecha garganta, que parecía que pisaban mientras este se retorcía con un dolor insoportable.

Tan pisable. Y desagradable. Y miserable y maloliente como una cucaracha.

Demasiado sucio como para amar algo tan infeccioso y lleno de gérmenes como él.

' Quizás yo soy el gérmen después de todo.' Apretó inconscientemente el agarre de la camisa negra del español.

— No me dejes, por favor... —Rogó casi ahogado, desesperado — Por favor...

— ... —La lúgubre mirada que tenía a su lado lo tenía harto. Acomodó su cuerpo en el lugar y largó un pesado suspiro, descansando su mano en la rodilla de su alcoholizado y drogado amigo

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⏰ Última actualización: Nov 15, 2023 ⏰

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"Tiene el sabor a tí" - FarfarichDonde viven las historias. Descúbrelo ahora