❝𝐏𝐫𝐨𝐥𝐨𝐠𝐮𝐞❞

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Desde hace 15 años en Desembarco del Rey se lleva una festividad para recordar la pérdida del hijo de la princesa Heredera Rhaenyra Targaryen, todos los nobles de poniente iban incluso si la princesa no era de su agrado.

Muchos no entendían porque seguían celebrando y buscando al niño, un bastardo, un gasto para el reino y una pérdida de tiempo para los guardias reales.

El niño probablemente ya estaba muerto, como todos los bastardos deberían de ser, esos dos hijos castaños de la princesa están por encima de los hijos de la reina siendo que eran hijos nacidos de la lujuria, una injusticia para su devota reina.

Jason Lannister nunca perdonaría la humillación que le hizo pasar la princesa, ella, una mujer, despreciándolo.

Una mujer egoísta y egocéntrica que le roba el derecho de nacimiento a su hermano.

Pero ese no era su problema, al menos no por ahora.

Él estaba sentado en el balcón que me habían asignado, cerca de la reina verde, como cualquier Lord que apoya al verdadero heredero del Trono de Hierro.

Su mirada se enfocó en la princesa Rhaenyra, seguía siendo igual de hermosa que cuando tenía 15 años, aunque un poco más robusta después de 5 embarazos.

Esos tres bastardos y los dos hijos de Daemon Targaryen serían sus hijos si la princesa no fuera tan engreída, su sangre se habría sentado en el trono de hierro, pero el rey decidió casarla con Laenor Velaryon, un hombre amante de hombres, asqueroso.

Nada de eso importaba ya, no deberá de pensar en eso por más inevitable que fuera, su único deber en este momento era parecer que lamentaba la desaparecida del segundo bastardo para ganarse la simpatía del Rey.

Sí, eso era todo.

Rhaenyra nunca dejaría de lamentarse por perder a Lucerys, su dulce niño que a pesar de tener horas de nacido ya había tenido sus rasgos definidos, una piel pálida con ojos y cabello castaños

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Rhaenyra nunca dejaría de lamentarse por perder a Lucerys, su dulce niño que a pesar de tener horas de nacido ya había tenido sus rasgos definidos, una piel pálida con ojos y cabello castaños.

Pero..., a pesar de que la coloración era diferente, podía verlo, su hijo había heredado los rasgos de su querida madre, Aemma Arryn, era como si su madre hubiera renacido en su hijo, una segunda oportunidad de vida y está vez como hombre.

Había estado tan feliz, Laenor estaba eufórico "Tiene los ojos de mi madre" había dicho en su emoción, ambos veían el reflejo de sus queridas madres en su hijo.

No habían querido separarse de él, pero la reina los había llamado ¿Por qué era tan cruel? Separar a una madre de su hijo recién nacido, como si ella nunca hubiera tenido hijos para saber lo importantes que son las primeras horas de vida.

Laenor y ella habían pensando en negarse, decirle que no por primera vez a la reina, pero no pudieron, sabían las consecuencias que vendrían si enfrentaban de esa manera a la Reina Alicent.

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⏰ Última actualización: Jul 16 ⏰

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𝐖𝐚𝐭𝐜𝐡𝐢𝐧𝐠 𝐋𝐢𝐭𝐭𝐥𝐞 𝐑𝐞𝐝¡! 𝐋𝐮𝐜𝐞𝐫𝐲𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora