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Lo dijo, finalmente después de casi 7 largos, infernales, crueles meses de ocultar sus sentimientos por Seishiro, por fin se lo dijo. Sus manos temblaban y sus ojos estaban puestos en el suelo, no quería ni escuchar la respiración del contrario puesto a que lo pondría más nervioso.

¿Cómo se habla declarado? ¿Que había dicho? Aunque todo pareciera tan improvisado, si ansiedad lo dejó preveer este momento y actuó por consecuente, como en sus escenarios ficticios había imaginado.

- Seishiro Nagi, jugar junto a ti me ha dado una razón para que mi vida no sea tan aburrida, me has brindado una alegría enorme durante estos meses y yo... No sé si debería decir esto porque tenerte como amigo es algo que aprecio, pero me consume el hecho de tenerte cerca y no poder abrazarte de la manera que quisiera, me aturdes cuando estás cerca de mi, confundes todos mis sentidos, creas un torbellino de ideas en mi mente y mis pensamientos se desvanecen por completo cuando recibo algo tan simple como una sonrisa tuya... A lo que voy es que - dios había alargado si confesión demasiado - Se que arruinaré nuestra amistad si esto no es correspondido, pero en verdad, esto ya no es si quiero, esto es una necesidad que lo sepas... - tomó aire y el nudo en su garganta por fin se deshizo al pronunciar - Me gustas Seishiro Nagi, me atraes física y mentalmente, todo de ti me produce inimaganables reacciones... Desde mi cuerpo hasta mi cerebro actúan solos si tengo que hacer algo por ti, es como si mi sistema te perteneciera, como si yo mismo dejé de ser mío y pase a ser completa y jodidamente tuyo...

Ah claro, pero antes de este largo testamento le recitó aquel texto enorme que escribió en su diario y ahora llevaba en su bolsillo siempre, por si algún día se daba la ocasión, y bueno, el día había llegado así que por fin lo utilizó.

Ante el claro silencio tan incómodo Reo sintió que cometió el error más grande de su vida, el albino solo pestañeó repetidamente y se quedó sin habla, como si el habla se le fué arrebatado en un santiamén. Un suspiro de Nagi lo sacó del trance que Mikage tenía.

- Reo - dijo mientras se juntaba al mencionado - ¿Me dejarías besarte?

- Nagi... - sus mejillas amenazaban con tornarse rojas

Seishiro se acercó a Reo, tomó su rostro y lo obligó a mirarlo a los ojos, su semblante serio hacía que el más bajo sintiera una especie de intimidación, pero no una que daba miedo, sino una que le gustaba un tipo de intimidación que te llevaba a la sumisión, sus respiraciones chocaban con la cara del otro a escasos milímetros para dejar que el deseo los consumiera, ninguno podía soportar un poco más y el momento tan esperado se dió, sus labios se unieron de manera delicada pero ansiosa, ambos necesitaban más contacto a medida que sus belfos le abrían paso a sus lenguas. Era una guerra por el control, este momento tan tenso donde se lucha por ser el que manda.

El albino se separó por falta de aire, hasta en eso era un genio, Reo y este se abalanzó encima de el dejándolo caer en el colchón, se aproximó al cuello de piel pálida para poder besarlo e inhalar ese aroma tan delicioso que emanaba Seishiro, dió unas pequeñas succiones, mordidas que provocaban jadeos de su víctima, quien solo acariciaba con suavidad la espalda de su atacante.

- ¿Nagi? - susurró, casi en una suplica, de inmediato el más alto supo lo que esa petición significaba.

Aquellas palabras solo impulsaron las ganas del pelimorado por avanzar en su cometido, se despojó de su camisa y expuso su torso, su pecho trabajado, su abdomen marcado, esos brazos que habian ganado musculo debido al ejercicio, su cuerpo era realmente lindo a los ojos de Nagi, quien se sentó de inmediato para comenzar a besar la mandibula de Mikage para ir bajando a su manzana de Adán y de ahí pasar sus clavículas recorriendolas, primero al lado derecho, al llegar a su hombro de dicho lado depositó un beso, luego pasó al lado izquiero repitiendo la acción. No, no quería que esto fuera un encuentro común, ninguno de los dos queria eso, necesitaban sentir esa cercanía que los uniera aun más.

- Oye... - la mirada del más bajo hizo contacto con la del más alto - No quiero sonar cursi pero... Eres muy hermoso - Se posicionó encima de su rostro quedando a pocos centímetros de su frente donde dejó un beso, su mano acarició las mejillas de Reo que se tornaron de un carmesí muy notorio, parpadeaba continúa y exageradamente intentando procesar las palabras de Seishiro quien rápido notó su actitud.

- ¿Dije algo malo? - tomó la mano del chico que se encontraba debajo y besó el dorso de esta - No quiero incomodarte y puedo parar si me lo pides, no quiero que te sientas presionado ni mucho menos obligado... Reo yo-

- Te quiero...

- ¿Ah? - ¿Escuchó bien o su imaginación le estaba jugando una mala pasada? Por un momento sus brazos tambalearon y por poco y cae encima del contrario.

- Te quiero... Sei - el mencionado no tardó en enrojecerse, como reacción inmediata abrazó a Reo - Estoy bien, estoy feliz, me siento en paz contigo, no temas de seguir con esto porque estoy completamente seguro

Un confidente abrazo unió a los enamorados y un beso selló y finalizó el encuentro de ambos.

[...]

Era de madrugada, ¿Hora? No tenían idea, no habían tocado sus teléfonos en mucho tiempo y justo ahora no tenían intención de hacerlo, Reo estaba descansando en el pecho de Seishiro quien respiraba profundamente acariciando las hebras moradas de su chico.

- No puedo terminar de creer cómo lo lograste

- ¿El qué? - subió la mirada a unos ojos grises.

- Hacer que jugara fútbol, hacerme cambiar de hábitos, hacerme más sociable y expresivo, hacer que me enamorara de ti...

¡★¡
Khaos.

Hola, la versión reescrita se encuentra en AO3

https://archiveofourown.org/works/56246164/chapters/142891288

Dear Diary [Nagireo] Version UnoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora