Tuyo Será [Shadonic ! Human]

«Y tuyo será»

❕SONIC FEM / SHADOW ❕

"La sequía seguirá por unas semanas más".

Fue lo último que pudo escuchar en medio de tanta angustia y preocupación. Todos los campesinos estaban intranquilos por el fenómeno que afectaba sus recursos. El sol en su apogeo quemaba muchos de los sembrados, la falta de precipitaciones tampoco ayudaba, los ganados desfallecían cansados o perdían la vida en gran cantidad. Estos dos meses eran un desastre, un total infierno que acababa con todo y aumentaba la escasez en cualquier ámbito.

Sobre todo, en lo económico.

Ya no había abasto, ni aunque uno quisiera excavar profundo. El dinero no era suficiente para las tres comidas diarias, y desafortunadamente no podían recurrir a sus propios cultivos, ya que su padre no se lo permitía, por más que llegaran a necesitarlo. Lo único que les quedaba por hacer era cosechar lo poco que sobrevivía cuando el alba hacía su primer acto de presencia, justo cuando el canto de los gallos se apoderaba del entorno. Agotada y con el cuerpo pesado, hacía todo lo posible para cosechar antes de que aumentara la intensidad del sol. Aunque eso no ocurría a diario debido a su infortunio.
Sus mejillas y el puente de su nariz se enrojecían conforme el calor se volvía intolerable, el sudor de su frente bajaba hasta su mandíbula donde las gotas caían sobre la superficie terrosa y rojiza que empolvaba su ropa y calzado. Lo único que la mantenía animada era saber que solo faltaba una hilera por cosechar, y justo en esa hilera restante, un árbol de cedro la esperaba para brindarle sombra y un poco de aire refrescante para aliviar el tórrido ambiente.

Terminó por segar la caña de azúcar que había sido inspeccionada previamente antes de cultivarla. Amontonó el cultivo en una pequeña montaña, apenas una insignificante cantidad de lo que pudo rescatar. Ver la escasa cantidad de cañas de azúcar le hizo temer, no por el hecho de no ganar lo suficiente, sino por el regaño que le esperaba. Un regaño que consideraba injusto, como si la responsabilidad de la sequía estuviera en sus manos. Pero, ¿qué más podía hacer? No tenía posibilidades de ganar una discusión con su padre, lo único que podía hacer era callar y obedecer. Apesadumbrada por el próximo escenario, dejó escapar un agotador suspiro. Quería descansar, había estado en el campo durante largas horas de la mañana y su estómago se retorcía por la falta de alimento.

"¡Sonic!".

La sutil y cálida voz que pronunciaba ese ingenioso apodo que su propia hermana le había dado, retumbó por el área donde se encontraba. Cambió su semblante al segundo que vio como su pequeña confidente venía corriendo con dirección a ella, con las manos ocupadas que sostenían una jícara con mucho cuidado, probablemente porque contenía un líquido en él. Sonriente, recibió a su hermana con la mirada fija sin mirar a algo más.

"¡Mira lo que descubrí! ¡Estoy segura de que te fascinará!" su hermana, Sonia, extendió sus brazos al aproximarse. Sus ojos verdeazulados se deslizaron hacia el contenido del fruto seco que la menor sostenía. En su interior, vislumbró una amalgama viscosa de tonalidad azul cobalto, resultando sorprendente cómo ese matiz resplandecía aún más bajo los cálidos rayos solares. Su sonrisa se ensanchó, dejando entrever sus dientes, mientras su mirada rebosante de curiosidad y emoción se dirigió de vuelta hacia Sonia.