Introducción

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"En la vida hay tinieblas, mi niña, pero también hay luces. Y tu eres la luz de toda luz." - Anthony Hopkins

June.

La primera vez que lo vi era un desastre. Con la mirada inyectada en rabia, los labios entreabiertos y su pecho bajando de arriba a abajo como un animal salvaje.

Mi yo de 12 años no se atrevió a acercarse, a pesar de que mi instinto me decía que le ayudará a salir de aquel poso de lodo, de que simplemente me acercará a ver quién era.

—¡¿Quién eres?! — Grite en medio de la tormenta. Las gotas frías se resbalaron por mi cabello hasta inundar mis mejillas. Sus ojos no dejaron de trasmitirme aquella sensación: Rabia, enojo y furia.

No me di cuenta de lo mucho que había avanzado a él. Sus ojos negros a la luz del cielo gris me invitaron a acercarme. Con cautela me incline sobre el poso, su mirada en mis movimientos lentos como un depredador tanteando a su presa.

— ¿Quién eres? — repetí mi pregunta sin dejar de mirar aquellos ojos profundos.

— Oscuridad. — Un rayo iluminó el cielo, el reflejo de este en sus ojos negros y cuando menos me lo espere aquel estruendo horroroso hizo que cayera hacia atrás del susto.

Cuando me levanté el ya no estaba. La sensación de que todo había sido un sueño me inundó de pronto, y el ambiente se me antojo surreal.

Después de aquel día jamás volví a ver esos ojos profundos, no volví a ver su oscuridad. 



Dark: El legado de los dioses.
7/11/23

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