٬ 👻 ․⠀Mama's Boy. ˚ . ✦ (Hyunlix)

Desconfiado adolescente solitario.

Felix se enteró de la noticia del cambio de colegio de Hyunjin por uno de los vecinos que había estado espiando a Hanna, su madre le comunicó esto un tanto frustrada, sabiendo perfectamente cómo reaccionaría su hijo de actualmente trece años de edad. El rumor se había extendido rápidamente por el vecindario, y el adolescente no pudo evitar sentir una mezcla de enojo y dolor. Corrió hacia la casa de Hyunjin y, cuando lo encontró en su habitación, explotó en una pelea intensa.

-¡No puedo creer que estés haciendo esto, Hyunjin! ¿Qué pasa? ¿No significo nada para ti? -gritó Felix, su voz llena de amargura a penas Hyun abrió la puerta, sin siquiera darle un motivo de aquella rabieta.

Hyunjin, frustrado por la acusación de su amigo, respondió en tono elevado: -¡No se trata de eso, Felix! Tengo que recuperar parte de mi vida, hacer amigos, tener una infancia normal. -Repitió el niño las palabras de su madre.

Las palabras heridas volaron en todas direcciones, y la amistad que una vez fue inquebrantable comenzó a resquebrajarse. Felix se sintió herido y traicionado, mientras que Hyunjin estaba decidido a no dejar que la obsesión de su amigo dictara su vida. Sabía que Felix no era un mal chico, pero necesitaba algo de espacio. A él le dolía aún más tener que separarse de la persona que más amó, pero era hora de madurar.

O eso le decía Jiyeon.

-¡No entiendes, Felix! No puedo seguir viviendo de esta manera, controlado por ti y tu madre. Necesito espacio para crecer y tener otras amistades. -Hyunjin trató de explicar, pero su voz estaba llena de frustración.

Felix, con lágrimas en los ojos, siguió presionando a su amigo. -No me hagas esto, Hyunjin. Tú eres lo único que tengo en este mundo, y ahora me lo quitas.

La pelea continuó durante varios minutos, con palabras hirientes y acusaciones volando de un lado a otro. Finalmente, Hyunjin le dio la espalda a Felix y cerró la puerta en su rostro, dejando a su amigo sintiéndose traicionado y abandonado.
Felix pasó los siguientes días encerrado en su casa, sintiéndose herido y enojado. Lloró y se lamentó por la pérdida de su amigo, pero también se enfureció consigo mismo por no haber sido lo suficientemente fuerte como para retener a Hyunjin a su lado.

Finalmente, reunió el valor para hablar con su madre después de días sobre su deseo de cambiarse al mismo colegio que Hyunjin. Hanna, aunque preocupada por la salud mental de su hijo, accedió con gusto a la solicitud de Felix. En su mente, mantener a Felix cerca era una prioridad, y la institución escolar parecía ser la forma perfecta de lograrlo. Sin embargo, el control sobre su hijo se intensificaría, ya que Hanna estaría vigilando cada uno de sus movimientos y asegurándose de que no se relacionara con nadie más que Hyunjin. La madre de Felix había perfeccionado el arte del cinismo a lo largo de los años, y sus intenciones de mantener a Felix cerca de Hyunjin no eran más que un pequeño distractor para sacarle información acerca del paradero de Taeyong a Jiyeon. Su mente maquinaba secretamente un plan para lograr que Felix fuera una fuente de información sobre su esposo desaparecido, y estaba dispuesta a usar cualquier medio necesario para lograrlo. Mientras sonreía y asentía ante la solicitud de su hijo, su mente trabajaba en segundo plano, calculando cómo manipular la situación a su favor.

El nuevo capítulo en la vida de Felix comenzó cuando ingresó a su nuevo colegio. Su madre lo llevó a cortarse el cabello, también decidió pintarselo de rubio por una razón específica, su tez morena hacía resaltar las pequeñas pecas distribuidas alrededor de su cara, era un niño bastante normal. O eso quería parecer.

Era igual a su padre.

Felix se encontraba en su habitación, con una mezcla de emoción y nerviosismo en el estómago. Hoy sería su primer día de secundaria, una experiencia completamente nueva para él. Nunca había pisado una institución en su vida, ya que su madre lo había mantenido en casa durante toda su educación primaria.
El niño miró su uniforme, meticulosamente planchado y listo para ser usado. Cada detalle, desde los botones del blazer hasta los zapatos pulidos, estaba perfectamente preparado. Lix era conocido por ser un perfeccionista, y esto se reflejaba en la presentación impecable de su uniforme.
Junto a su uniforme, había preparado su comida en una lonchera con esmero, siguiendo las instrucciones de su madre. Le había hecho un sándwich, cortado en triángulos perfectos, y había incluido una manzana y una pequeña botella de agua. Todo estaba dispuesto de manera ordenada en su mochila, junto con las carpetas y útiles escolares que necesitaría para el primer día.