G͓̽y͓̽n͓̽o͓̽p͓̽h͓̽o͓̽b͓̽i͓̽a͓̽-͓̽S͓̽o͓̽o͓̽k͓̽a͓̽i͓̽

DOS

Jennie pensó haber oido mal a su amigo a través del teléfono. Era alguna especie de sueño tal vez, no, se pellizcó y eso le dolió mucho, así que su amigo había enloquecido demasiado y por su culpa ahora su brazo estaba rojo.
–Es tu culpa–se quejaba con dolor

–¿Quién dijo que te pellizcaras?–le decía en la otra línea divertido

–Esta bien que seas gay, pero ¿para qué quieres mi ropa pervertido?

–Nooo, no haré nada malo, solo me la pondré

–Huening kai, te he hecho muchos favores y te he prestado cosas pero mi ropa es sagrada, no dejaré que la uses para tus joterias

–Es que esa me queda y quiero ayudar a Soobin, además no serían joterias–se excusó

–Tú estas loco, ¿lo quieres ayudar o lo quieres convertir? Se claro

–Nada de eso, sólo lo quiero ayudar, además tú me dijiste que me parezco un poco a una chica, tu ropa y tal vez un poco de maquillaje con colitas sera fácil

Jennie pensó un poco, era cierto, esa descripción haria parecer a Huening kai toda una linda chica. Medito un poco y al final aceptó, si solo la usaría para ayudar al pobre de Soobin estaba bien, aunque no entendía del todo como eso funcionaría.

Seguía pensando que era con doble intension y que su ropa quedaría manchada con una sustancia blanquesina viscosa.

Se resignó y esperó ver lo más inocente de su amigo. Fue a su cuerto y le entregó la ropa. Huening kai se veía muy feliz al recibir la bolsa.
–Me la cuidas, finísima carísima de gucci

–Yo también uso gucci, no le pasará nada, pero–la tomó de las manos–¿me harías un último favor?

–suspiró–¿Qué favor?

–¿Me maquillas?

–Dios, esta es la primera vez que me pides algo así, claro que lo haré–dijo emocionada, esa experiencia si sería agradable

Ambos entraron y fueron al baño, Huening kai se puso un vestido rosa y se sentó en la taza, Jennie empezó a maquillarlo un poco poniendole sombras, rubory labial. Al final le hizo dos colitas, se veía muy tierno pero también tentador.

Vaya, si sales así, consigues galán en seguida, te ves hermosa Huening kai-a

–Yaa, Jennie, a mi si me da pena, lo usaré en frente de Soobin, si fuera de broma contigo otra cosa sería

–¿Entonces porqué lo haces?

–Por Soobin duh

–Mm bueno, no te creo mucho el motivo central pero, suerte–se encogió de hombros guardando el maquillaje

Jennie salió del dormitorio preguntandose si su amigo de verdad estaba cuerdo y si estaba haciendo lo correcto al ponerse aquel vestido corto con el maquillaje y las colitas, porque ella siendo del mismo bando de su amigo, a él si le daba y no consejos.
–¡Auch!–cayó al suelo

–¿Qué te pasa?

–¿Qué te pasa a ti?–una pelinegra cayó en frente de ella–me dolió

–¿Y crees qué a mi no?–le respondió

–Fue tu culpa, debiste fijarte–vio su rodilla sangrar y gritó aterrada–Dios, mi maestro me matara

La pelinegra la vio sin entender, debería de quejarse del dolor. Bufo y se paró sacudiendo su falda y dandole la mano.
–Anda, te llevo a enfermería, lo siento–miró a otro lado algo sonrojada

–Mm bueno

Soobin entró al dormitorio y vio todo silencioso, según el, Huening kai ya debería estar ahí. No había rastro de él.
–Mm Hyuka, ¿estas dormido?