Capítulo 1

153 3 0
                                    

Es un

día normal en Brooklyn. Las calles están un poco solitarias como de

costumbre , ya que la gente trabaja hasta tarde, a excepción de los

fines de semana que es cuando las calles están llenas.

Hoy hay

una reunión en la ciudad, nadie lo sabe pero es una importante

reunión aunque pocos notarán el resultado y/o la existencia.

La

reunión es en la ICH aunque este nombre sólo era una tapadera. ICH

sólo es como la tapadera perfecta, porque ¿quién sospecharía de

la Ice Cream House?, la heladería más prestigiosa de todo New York,

sólo era una tapadera de narcotraficantes.

Los

integrantes de la banda (ICH) eran:

Altiesto:

Un hombre que narcotrafica por el día y mata por placer por la

noche. Un guapo joven de 23 años con una mente psicópata a la hora

de matar.

Amador

Rivas: Un guapo joven un año menor que su jefe Altiesto. A la hora

de matar (cosa que le gustaba hacer) era un psicópata como los de su

banda .(Lo de matar no lo hacían por obligación , pues era solo el

hobbie de cada uno). Pero también se dedicaba al narcotráfico y

asuntos similares, aunque no le gustaba mucho.

Marisa:

Amiga y única chica integrante, una niña de tan solo 17 años,

rubia y narcotraficante de los mejores. Nunca fue una chica normal ni

lo sería, puesto que es una de las más grandes narcotraficantes y

ahora está a punto de ser asesina (por voluntad propia).

Josito:

El chico pelirrojo más charlatán de la banda , pero todos lo

soportaban por ser de fiar y muy bueno para la banda. Él también

mataba como sus amigos, luego de matar se lo cuentan entre ellos ya

que se conocen hace años , a excepción de Amador, que llevaba un

año.

Pepito

Huesitos: El alien del grupo. No es un apodo, no, es un alien de

verdad. Él es el más callado de todos pero uno de los más

peligrosos también.

¿Cómo

se lo tomaría la banda ante un receso de algún miembro?...

Hoy era

la reunión de la "ICH", tenían planeado traer la droga a

Brookling, según Altiesto, para tenerla a mano. Cuando se lo

comunicó a los chicos y a Marisa, Amador dijo:

-No

quiero ni puedo hacerlo.

-Ya

empezamos con los escrúpulos. ¿Ahora por qué no puedes?- le soltó

Altiesto.

-Eso,

venga, habla, que he quedado y no puedo faltar- atacó Marisa.

-No

quiero seguir en esto, seré asesino sí, pero no me gusta esto- dijo

Amador.

-¿¡Qué?!-

exclamaron con voz elevada a causa de la sorpresa.

-¿Pero

por-por-por qué?-dijo Josito entrecortadamente (le tenía cariño).

-No

quiero tener que ver con drogas y armas traficadas- dijo Amador.

-Eres

un cagón, no creo que sea por eso, tú temes la cárcel-le soltó

Marisa.

-¿Es

por eso?¿Dejarás todo por miedo a la cárcel?- habló Pepito, que

hasta ahora no había hablado.

-No,

seguiré matando, es lo que me gusta, pero no esto- dijo Amador.

-¿Nos

abandonas? Ok, eres libre pero vamos a perderte-le soltó Altiesto.

-Podéis

llamarme en caso de batalla, pero no para vender ,etc.

-No

puedes salir de esto tan fácilmente ¡eso no es así!-dijo Josito a

Amador.

-Cierto,

pero no se lo podemos impedir, o perderemos mucho.-dijo Pepito

frustrado.

-¡A la

mierda todo! Tú no te vas porque lo digo yo-dijo cabreado Altiesto.

-¡Hago

lo que quiero! No puedes impedirlo, mira como me voy.

Dicho

esto Amador salió por la puerta de la ICH, todos lo miraron ya que

las puertas, ventanales, todo era de cristal y él no podía salir en

horas de trabajo. Dejó pasmados a todos en sus mesas con forma de

cucurucho y sillas galleta.

Pasados

quince minutos se encontraba llegando a casa de la Rubita, su novia.

Notaba que lo estaban persiguiendo pero lo ignoró para no pelear

(matar) a plena luz del día.


Narra

La Rubita

Estaba

yo en mi casa ensayando cuando decidí ponerme a practicar mi baile

sensual para Amador. Yo era La Rubita , pues así me llamaban porque

era rubia. Tenía yo un cuerpo de infarto y había que aprovecharlo.

Me puse unos shorts y un top y me puse a bailar.

Meneaba

el culo como si de cantar se tratase. Mis pechos volaban a todos

lados cuando entran Amador y sus colegas a casa.

-¡Qué

se vayan!- le grito a Amador.

12 sombras de la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora