Capítulo 2

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- Que se vayan- dijo la Rubita enfadada.

La Rubita,  tras decir que se fueran, dejó de bailar y se puso muy seria. Los hombres se quedaron todos pasmados tras ver bailar a La Rubita, excepto Marisa, que la miraba con cara de envidia porque tenía los mismos shorts y a ella le quedaban mejor, porque tenía mejor cuerpo y porque tenía a todos hipnotizados. La Rubita estaba a punto de gritar por ver un alien delante de sus narices, en su propia casa, pero Marisa le planteó una cuestión más importante:

-¿Qué haces tú con mis shorts?

- Estos son los míos – dijo La Rubita con enfado.

- Pensaba que los míos, ¡eran exclusivos! – dijo Marisa más tranquila.

 - Yo también lo pensaba. A ti te deben de quedar bien - dijo La Rubita imaginando a Marisa con los shorts.

- A ti te quedan mejor – dijo Marisa con un poco de rabia por dentro.

-  No me puedo creer que haya extraños en tu casa y estéis hablando de shorts - dijo Amador con la boca abierta y gritando.

Mientras Amador hablaba los chicos seguían mirando sin pestañear . Sentían varias emociones: sentían que tenían mariposas en el estómago y necesitaban a La Rubita entre sus brazos.

-¿Qué os pasa, chicos? - dijo Marisa.

 - Nada, nada. Todo va bien - dijeron todos al unísono .

- Chicos, ¿nos vamos al partido? - preguntó Amador con ganas de irse.

 -¿Qué partido? - preguntó La Rubita sin saber nada.

- El de la NBA, Lakers contra Bulls.

- Aún no me los has presentado – dijo La Rubita con ganas de conocer al chico que iba "disfrazado" de alien.

-  Este es Altiesto, este Pepito Huesitos, Josito y Marisa.

- Encantada. Por cierto bonito disfraz – le dice a Pepito.

- ¿Vamos al partido? Quiero ver como ganan los Lakers – dice Altiesto.

- No, vamos a ver como ganan los Bulls – dice Amador para seguirle el juego.

 - No, los Lakers- dice Altiesto con enfado.

 - No , los Bulls – dice Amador empezándose a enfadar de verdad.

-¡Que gane el mejor!  Vengo ahora, voy al baño – dice La Rubita subiendo por las escaleras. Dicho esto, después de que subiera las escaleras y entrara en el baño, los chicos se acercaron a Amador con cara de enfado y duda.

- ¿Por qué te vas? - le pregunta Altiesto

 -Eso, eso – dice Pepito Huesitos.

 - Sin ti no hacemos nada – le dice Josito.

 -Aún encima tienes una novia a la que le quedan mejor los shorts que a mí– dice Marisa con mucha envidia.

- ¡Tranquilos! El partido era una tapadera. Ahora vamos a la ICH y lo hablamos con calma – dice Amador para que se tranquilizaran y no gritaran.

- ¿Os vais ya? - pregunta La Rubita desde dentro del baño.

 - Sí, nos vamos, cariño – dice Amador con cariño.

 -Adiós – le dice La Rubita.

Mientras iban de camino hacia la ICH con sus antiguos socios, al pasar por delante de un escaparate recordó que en el camino de ida hacia su casa había visto el tenue reflejo de un brazo de pulpo. ¡ Lo habían seguido sin darse cuenta ! No iba a ser fácil darles esquinazo.

Cuando llegaron a la heladería estalló:

- ¡Cómo pudisteis ser tan hipócritas y cómo pudisteis seguirme ! - dijo Amador muy enfadado.

- Lo hicimos para no perderte, para decirte que no te fueras de la banda. Y además tú sabes donde está todo el cargamento y todo lo demás – dijeron todos con preocupación por el futuro de la banda.

- Me quedo, pero solo hasta que se agote este cargamento. Para uno nuevo no contéis conmigo. Cuando se acabe este cargamento me busco otro trabajo con mi novia en otra heladería, para trabajar los dos juntos y hacer lo que más me gusta: estar con mi novia y por las noches, matar. ¡ Pero no todas las noches !

Mientras tanto Altiesto, Pepito Huesitos, Josito y Marisa estaban  planeando algo  para que Amador no se fuera de la banda. El plan era que cuando el cargamento se estuviera terminando ellos, sin que Amador se diera de cuenta, llenarían el cargamento, de manera que el cargamento nunca se acabaría. Amador nunca se iría de la banda.

12 sombras de la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora