Capítulo 5

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 El fin de semana lleno de anticipación se había convertido en el único pensamiento de los omegas mientras se preparaban para adentrarse en el mundo muggle, al que Andrómeda cariñosamente apodaba "El País de las Maravillas".

"¿TODOS LISTOS MIS NIÑOS?", vociferaba Albus con entusiasmo, mientras los omegas se deslizaban uno tras otro por las chimeneas. La maliciosa interferencia de Gellert había logrado que el Ministerio prohibiera el uso del tren si no se conseguía una pareja.

Los chicos emergieron por la chimenea de una biblioteca, desconcertados al descubrir que la dueña del lugar era una mujer que conocía el mundo mágico y les permitía usar las chimeneas, Mientras se aclimataban a la singularidad del lugar, Bellatrix, con su inconfundible inocencia, preguntó si podía mudarse allí, su solicitud fue suavemente desestimada por una Albus que intentaba controlar los pucheros y la mirada de incomodidad de sus compañeros.

Después, los omegas se entregaron a una jornada de compras, con Bellatrix ejerciendo de estilista y encauzando a todos sus compañeros hacia la compra de prendas a la moda. Portando gafas de sol y jeans con una ombliguera, Bellatrix sugirió a Lily una visita a una peluquería mientras se aplicaba un poco de labial rojo adquirido en una tienda callejera. Bellatrix convenció a Lily de someterse a un atrevido cambio de look con un afro, mientras se dirigían a la peluquería. Mientras tanto, un radiante Remus y Severus se deleitaban en una tienda de bromas, arrebatados por los ingeniosos productos que el azabache decidió adquirir en su totalidad.

Mientras tanto, un señor mayor omega , dueño del lugar, el cual llamo a Remus lamentablemente "lindo", generó un momento incómodo, lo que desencadenó la risa incontrolable de Severus. La situación se resolvió con amabilidad y, entre risas, Remus y Severus adquirieron lo que denominaron "LO MÁS LETAL" en la tienda. En otra parte del centro comercial, un grupo destacado de omegas disfrutaba de una deliciosa comida en McDonald's, con Peter y el rellenito Frank expresando su contento.

Andrómeda y Alice recorrían el centro comercial en compañía de otras omegas femeninas, adquiriendo una variada selección de tecnologías. Hasta Alice compró un sistema de cámaras de seguridad, mientras que las demás chicas se encargaban de adquirir los computadores para conectarlos, bromeando sobre la idea de vigilar a todos y a los pequeños.

Albus sonrió complacido mientras Arthur señalaba un gas pimienta y una regla que escondía un cuchillo en su interior, dándole su aprobación ya que se requería ser mayor de edad para comprarlos. El fin de semana de los omegas en el mundo muggle estaba repleto de emoción, compras e inolvidables descubrimientos, dejando a todos maravillados con este nuevo mundo que se abría ante ellos.

Cuando los estudiantes llegaron a Hogwarts, se encontraron con un furioso Gellert que se enteró de su salida. Los regaños no se hicieron esperar: "¡SABEN QUE PARA SALIR DE LOS TERRENOS DE HOGWARTS DEBE SER CON AUTORIZACIÓN DE SUS ALFAS!" exclamó enérgicamente. Bella solo le sacaba la lengua, aguantándose las ganas de lanzar un hechizo en su dirección. "Lo siento, Gellert, pero sorpresa, ellos no tienen alfa, por lo que no se les puede obligar a nada", retó una descontenta Minerva, mientras todos los omegas se alejaban poco a poco del lugar, ansiosos por llegar a la sala común de las serpientes. Sin embargo, no se alejaron lo suficiente cuando escucharon la voz firme de Albus: "¡BASTA, GELLERT! ¡PORQUE SEAS ALFA NO SIGNIFICA QUE MANDES!", La inesperada bofetada que le propinó Gellert a Albus lo dejó atónito y en el suelo, pero fue suficiente para que varios omegas trataran de hechizar a Gellert. Afortunadamente, los profesores intervinieron y detuvieron la situación. "¡No, niños! Corran a su sala, debe haber por ahí varios alfas. Tengan cuidado", susurró el profesor de pociones, preocupado. Severus y Lily tomaron de la mano a los pequeños y corrieron para resguardarse en la sala común, mientras prometían vengarse esa misma noche de todos. A medida que la noche avanzaba, los omegas se reunieron en la sala común, compartiendo sus preocupaciones y temores pero también su determinación y valor. Bajo la luz tenue de las velas, discutieron estrategias para hacer frente a la opresión de los alfas en la escuela. Andrómeda y Alice lideraban la organización de un sistema de apoyo para garantizar la seguridad de todos, mientras Bellatrix y otros decidieron unir fuerzas con el fin de hacer frente a la injusticia que habían experimentado- me las van pagar caras, se van a arrepentir está misma noche- juro.la  tensión entre los omegas y alfas era palpable, pero su determinación por luchar por la igualdad y sus derechos los motivaba a no rendirse. Estaban listos para desafiar el statu quo y defender su libertad. La noche prometía ser intensa, llena de emociones y decisiones que podrían marcar un punto de inflexión en la relación entre omegas y alfas en Hogwarts.

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