Un Amor Épico

Una Noche De Preguntas

Suleiman condujo a Bu-yeon hasta unos cojines y pidió que les trajeran la comida, entonces comenzó con la preguntas.

-¿De donde eres exactamente? , por que jamás he oído sobre el prado o algo parecido - demando con una mirada sería.
- El prado si existe en una gran extensión de áreas verdes qué solo mis ancestros se atrevieron a explorar, vivimos en una isla que en el centro tiene nuestra capital, somos un imperio qué se formó cuando las 12 tribus se juntaron - contesto ella mientras sentía un líquido caliente escurrir por su frente, Suleiman por su parte se sorprendió no había notado que ella estaba herida, así que saco un pañuelo y ser acerco a ella para limpiar la fina línea de sangre que salía de su frente. Ella por su parte simplemente quedo quieta y dejo que el se acercara, al tener así de cerca a la joven el Sultán noto ese pequeño destello azul en sus ojos marrones.

Y le pregunto : ¿cual es la razón de esa luz azul en tus ojos? - dijo mientras que clavado en la mirada azulada de la joven - mi madre solía decir que era una señal para que los demás supieran que soy una elegida del dios Sirius, yo pienso que es una señal que muestra que soy diferente a los demás, solo los que se acercan demasiado pueden notarlo - dijo ella observando su mirada - A partir de ahora solo yo podré estar a esta distancia de ti - dijo mientras vio como ella asentía -¿ donde se encuentra la supuesta isla del Prado? - pregunto el.

-Tienes que viajar al norte y cuando ecuestres la estrella de Sirius te dirijes al oeste poco tiempo después veras un niebla pero no temas, si la cruzar hasta el final encontrarás las playas de la isla - dijo ella mientras vio colo el lucia confundido, supo que el no tenia el conociendo de que tal isla existiera - nuestra isla es invisible para los extranjeros, no hay registro de ella por que no muchos se atreven a cruzar la niebla qué es como una protección para nuestro reino.

-¿Eres una princesa? - pregunto recordando lo que ella había dicho con anterioridad.
- Si, soy una princesa el Gran Khan me nombro princesa, pero también soy  princesa de nacimiento al ser hija de los líderes de las tribus más fuertes del reino. Aunque mi titulo oficial es "la estrella de Sirius"- dijo ella explicandole sus titulos.
- Dijiste que eras la hija del dragón y el fénix ¿A que te refieres? Pregunto con evidente duda.
- Hace muchos años atrás nuestros ancestros hicieron un pacto con criaturas místicas, el pacto consistía en esperar 10 años a que las criaturas desarollaran un cuerpo humano y se casarían con el humano que los invoco así su sangre correría por las venas de sus descendientes. Mi madre era la princesa del clan del Fénix, por lo tanto ella tenía la habilidad de convocar a una ave fénix; mi padre por lo contrario era el príncipe del clan del Dragón lo que le daba el poder de invocar uno, y al ser su hija puedo invocar ambos. - respondió Bu-yeon.

- Así que si lo deseas puedes traer una ave de fuego y una serpiente voladora para matarnos - afirmó con algo de angustia el monarca.
- tu mismo lo has dicho, pero no tengo ese deseo. - respondió ella con una pequeña sonrisa. - Tu sirviente no es digno de portar la espada de mi padre, la verdad no creo que ninguno lo sea-dijo ella de la nada.

- A que te refieres, ¿es esa la razón por la cual no se puede sacar de la funda? - pregunto Suleiman con duda.
- La razón es por que ninguno tiene el poder espiritual que la espada necesita y además no los reconoce como su amo. Viéndolo bien creo que usted sería el único que podría desenvainar la espada; se suponía que sería mía mi padre me la heredará en mi cumpleaños número 15. Ya qué no pudo dársela a mi hermano mayor por que murió.

-¿Por que le daría una espada a una mujer? Pregunto con duda - en nuestro reino una mujer también puede ser una guerra, un general, he incluso un rey, una mujer tiene merecido el mismo respeto que un hombre, incluso puede llegar a tener más poder qué uno.- le respondió ella;el pensó que se habría ofendido o algo pero no, el estaba sorprendido. Nunca lo había dicho en voz alta pero el tenia d la mentalidad qué una mujer servía para lago más que solo parir hijos.

- La espada la portaras tu, tu misma lo has dicho te sería heredada en tu cumpleaños, no puedo negar ese deseo que tenia tu padre, además la espada no es mi estilo. - dijo el mientras ella se lo agradecía inclinándose ante el, como lo hacía en su cultura.

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Al estar tan sumergido en su charla no notaron qué los sirvientes ya había traído la comida. Parecía que el Sultán enserió había que dado intrigado con la joven, ya que luego de comer siguieron con las preguntas, aunque el dejo de hacerlo cuando noto que la joven se había quedado dormida, entonces la cargo hasta la cama y la deposito con delicadeza. Cuando esta por ir a su escritorio, entro Ibrahim a la carpa haciendo una reverencia acercándose a su majestad - lamento mi comportamiento de antes su majestad, es que la vi viendo lo mapas y pensé lo peor, lamento si herí a l- sus palabras fueron cortadas al momento en que Suleiman alzó su mano para callarlo.
- Lamentas heríla, provocaste un corte en su frente al golpearla con la espada, si no la hubieras asustado tal vez no  habría estrellado tu cara contra la mesa. - dijo el con un sonrisa el en rostro.