Paso un día desde que aquel trotamundos se retiró de Sumeru yendo a Inazuma, por un lado, él estaría llegando en unos días a la tierra de la Arconte Electro, por el otro lado, los Aranaras se preguntaban de qué es lo que el Scaranara hacía y si sería un peligro o no, en parte por haber heredado el mismo comportamiento de Scaramouche.
Finalmente, los Aranaras decidieron aceptar a Scaranara como otro Aranara, Scaranara a pesar de ser aceptado por los demás Aranaras, solo se alejaba y prefería la soledad, de vez en cuando se acerca a tropas de los Fatui y les robaba o los atacaba y estos mismos al no poder verlo o saber de los Aranara no podían defenderse, pasaron seis días, las tropas Fatui estaban algo aterrados por lo que consideraban un fantasma, que en verdad era el Scaranara, por lo tanto, los soldados Fatui se empezaron a retirar al desierto, no sabiendo que Scaranara los seguía.
Narra Scaranara:
Los Nara Fatui se retiraron, por alguna razón su cobardía los llevo a Valuka, aun así me daban ganas de seguir fastidiando a esos Naras asquerosos. Me acerqué a un campamento de los Nara Fatui, primero le robé sus alimentos y luego le prendí fuego a su campamento, me alegro ver la reacción de los Nara Fatui, era bastante patética.
-"Nara Fatuis son igual que gusanos!"- Grite a los Nara Fatuis, daba igual no podían escucharme.
Seguí explorando campamentos de los Nara Fatui, robándoles y quemando sus puestos de vigilancia, eventualmente se movieron a la tierra con gran agua, era algo contradictorio con Valuka, cerca a mí me pareció ver a un Nara rubio de esa tierra con gran agua, estaba persiguiendo a un Pingüino de metal, me dio algo de curiosidad, pero daba igual, luego lo vi atrapar al pingüino de metal y sostenerlo en sus brazos, luego vi al hermano de Nara rubio de esas tierras con un gran lago. Le dijo que ya debían entrar a un lugar llamado el fuerte Meropoide porque la madre de esos Naras lo pedía.
Igualmente, me aburri de ver lo que pasaba luego, así que regrese a Varanara con los demás Aranara.
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POR OTRO LADO
Narra Scaramouche:
Llegue a Inazuma, recuerdo que las tierras eran diferentes, recordaba más cabañas cerca al río y menos cerca al árbol, entonces ahí estaba la ciudad de Inazuma, con el palacio de Tenshukaku y esa estatua de Ei intacta, puede que haya cometido múltiples crímenes, pero no perdonaré a esa bruja Ei. Visite las ruinas de una cabaña quemada.
¿Era ese el lugar?...
Me quede observando, si era el lugar debería haber un cuerpo ahí, pasaron unas horas y empezó una tormenta, camine hacia las montañas, unos cuantos Ronin descansando ahí, eventualmente llame la atención de uno por haber interrumpido su sueño.
-"Ven..."- Dijo el Ronin mientras se levantaba y empuñaba su katana.
-"Si deseas morir, lo haré."- Le respondí antes de enfrentarme a él, no tenía una visión por lo que fue fácil de derrotarlo, recuerdo que se rindió, era mejor perdonarle la vida, después de todo es una humillación peor.
-"Vive por siempre, gusano..."- Le dije mientras lo deje tirado en el suelo, agarre su espada y la tiré por el acantilado, subí la montaña, mientras más cerca estaba me parecía escuchar una voz algo calmante recitar poesía.
Era otro samurái errante, de cabello blanco, con unas partes rojas, ojos carmesí, con un ligero tono de naranja, a comparación de los otros samurái o ronins, él no traía armadura, excepto por una parte que le cubría el hombro, pero nada más, llevaba una túnica blanca, castaño oscuro medio rojizo y un carmesí en la parte inferior, tenía una mano vendada, me saludo y me invito a pasar la noche.
