Capítulo 10

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Mierda, mierda, mierda.

Eso no debería haber salido de esa manera. Jimin no debería haber reaccionado así y su madre no debía haber preguntado aquello.

Eran muy pocas las veces que había podido cumplir las expectativas que aquella alfa tenía sobre él, que si bien no era alguien a quien le debía algo, era alguien a quien respetaba con su ser, no solo era su tía, sino quien había logrado hacer feliz a su madre en la oscuridad, en la traición, pero ella había sido feliz. Aunque ahora todo era distinto, ella aún tenía un pedazo en su corazón.

Salieron de la tienda con la tensión del ambiente aún en ellos. Elsa aún lo miraba con cierta incógnita calcada en su rostro, como si quisiera descifrar a Taehyung y el por qué no arremetía ante el comportamiento de su omega.

—Eso no está bien visto para el líder —dijo con cautela la alfa. —No es adecuado que el omega del Yher se comprime de esa manera y mucho menos te cele.

Taehyung hubiera dicho muchas cosas en ese momento, pero sus labios callaron una vez aquel omega que en su momento llamó "mamá", se paraba gente a él con aquel aire alegre y feliz con el que se dirigía a todos. Ahí estaba quien había calcado su aroma días antes. Ese omega quien había protegido de él.

—Mamá —dijo, sin avanzar más para abrazar aquellos cálidos brazos que siempre solían revivirlo con aquella ternura incondicional, ya que cariño que amaban su corazón y podían comprender cada mirada que podía dar.

—Mi niño —habló el menudo omega de cabellos negros. —Apresúrate que quiero conocer a tu omega —dijo separándose de él, mientras sonreía avivas.

Taehyung lo hubiera sembrado de inmediato adentro la tienda, pero no en ese momento, no cuando los ojos cautelosos de a quien también consideraba su madre se encontraban sobre él.

—Es preferible esperar un poco más. Debemos desayunar con la tribu —anuncio el Yher, con aquella actitud que amaba tener frente al omega que lo había criado.

Su pecho se removió un poco, sabiendo a que se debía, su omega lo llamaba.

Jimin...

—Vamos —dijo entonces el omega de cabellos negros y ojos amarillentos tan claros como el sol, tomando del brazo del alfa que se encontraba al margen de lo que se daba en medio del día que parecía enfriarse más. —¡Oh! Taehyung trae a tu omega —animó el omega, antes de impartir sus pasos hacia el sector convivencial de la tribu. Ahora las pieles arropadas en su tallaje en prendas era lo que se podía usar para el invierno que se acercaba, por lo que acomodó su capa sobre sus hombros y guiñó con cuidado su ojos derecho hacia Taehyung, suponiendo saber a qué se debía esa actitud.

Taehyung sonrió en respuesta y dio media vuelta para volver a su tienda.

Jimin.

Su pecho lo llamaba y con esa destreza que solo su omega podía hacerle sentir y temer, entró, abriendo los apares de las telas laterales y se adentró a aquel lugar tan preciado que se había vuelto en su corazón.

—Omega... —intentó llamando primero. No obtuviste respuesta.

Se acercó a su nido, viendo aquel culto en medio, cubierto por esa sabana que su omega tanto amaba. Se sentó al lado de esta.

—Jimin...

—Fuera —gruñó el omega cuando sintió la mano del alfa tocar la sabana encima suyo. No le había permitido adentrarse a su nido.

—Jimin. Debemos salir, la tribu nos espera.

—Te espera, porque desde el día de hoy no tienes omega —dijo antes de que el silencio se adueñaba del ambiente. Destapó su rostro de la sabana, bajándola con cautela, mirando a su alfa. Sus ojos conectaron como solo ellos podían hacerlo. —Me dijiste que tu madre era omega y por eso era por lo que tenías esa mierda de aroma en ti —masculló, sus ojos estaban húmedos y rojos. Taehyung se culpó. —Me mentiste —afirmó.

Fierce (Vmin +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora