Dilf

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Harry odiaba las sorpresas, le molestaban demasiado, esa incertidumbre al esperar y pensar en qué cara tenés que poner por si es un asco y hay que disimular.

Sí, Harry lo odiaba. Pero no podía enojarse con su madre, sabía que tenía buenas intenciones. Después de todo, era su cumpleaños y Anne amaba hacer cosas por él y para la familia, y debía admitir que también amaba eso.

Pero cuando mencionó tener una sorpresa, imaginó un perro, o alguna decoración súper extraña y graciosa, cualquier cosa.

Pero nada se parecía a lo que en realidad era. Un dilf en la puerta de su habitación sonriéndole como si no lo estuviese destruyendo y prendiendo.

cuando sea mayor || l.s || smutDonde viven las historias. Descúbrelo ahora