Adolescencia difícil

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Louis no habló más, se quedó mirando el agua, con las cejas fruncidas como si quisiera agregar otra cosa pero no sabía qué.

-Che Louis, ¿y tus viejos te aceptaron?

-Sos picante pendejo, menos mal que tenemos confianza porque sino te diría que pagues la terapia.

-Ya suficiente con que pago la mía.

-Mi terapia fue la vida misma, salió gratis, con traumas pero las risas no faltaron.

-¿Me querés contar o preferís evitar la pregunta? Si no querés decimelo, es entendible Louis.

-Tranqui, ni un chiste dejás pasar. Te cuento, mi vieja se lo tomó bien, lo mejor que se lo puede tomar una madre en los 2000, hizo lo que pudo con la información que tenía, el VIH llevaba menos de 30 años en el país, era todo relativamente nuevo y ella se asustaba. Pero todo cobra bastante sentido porque bueno, se lo dije por primera vez cuando tenía como trece años, imaginate lo que pasó por su mente. Claramente no me creyó y siguió la vida fingiendo demencia, hasta 2009 que cumplí los 18, se lo repetí y aprendió a convivir con la idea.

-Pero qué heavy, que las madres y los padres decidan qué es y qué no una etapa en la vida de los hijos. Con razón mamá lo aceptó al segundo e hizo lo imposible por hacerme sentir cómodo, incluso a veces pasarse del límite.

-Si bueno Harry, tu vieja es una ídola qué decirte, estuvo conmigo desde primaria más o menos, fue la primera persona a la que le dije lo que me pasaba, y me dejó de hablar una semana, ella también era una pibita. A los días se le pasó, me habló y lloró porque me extrañaba, me abrazó cuando le dije por primera vez a mi mamá, y me dejó dormir varias noches en su casa cuando le conté a mi papá y él me cagó a trompadas.

Harry enmudeció, sentía que le picaba la garganta y le dolía el pecho, la sorpresa lo paralizó.

-Fue difícil claramente, pero las cosas se van superando, tiempo después intentó pedirme perdón, a él le conté recién a los dieciocho, así que lo mandé a cagar y perdí contacto, me había ido a estudiar y no lo podía ni ver.

-Por dios. Lo, realmente lo lamento Louis. No tenía ni mínima idea, perdón.

Louis se giró para mirar a Harry, con la mirada ya relajada y la satisfacción de haber dicho lo que le faltaba por contar.

Pero para su gran sorpresa, Harry estaba llorando, poco, unas lágrimas nomás, pero llorando, mirándolo a los ojos.

-Ey Harry, pará pendejo que no pasó nada, ya está ya lo superé, acá estoy, más vivito y coleando que nunca, ya fue H. -Acercó a Harry a su costado, pasando un brazo por su espalda y otro agarrándole la cara para que mantuvieran el contacto visual.

-En serio, perdón, debe haber sido horrible. -Harry ahora sí estaba llorando, lágrimas y lágrimas, sorbía por la nariz los mocos que se creaban a causa del llanto.

-Pero, vos no tenés la culpa de nada, ni siquiera sacaste el tema. Solo creí que era importante contartelo, es mi historia, está bueno siempre saber y recordar, tener cuidado, nada más Harry, tranquilo. Ya pasó, fue hace años, muchos en realidad, no pasa nada.

Lo abrazó, porque realmente se veía angustiado.

-¿Por qué estás tan triste? siento tu cuerpo temblando, ¿qué pasó Harry?¿alguien te hizo algo?¿qué pasa? no me preocupes así.

-No solo que, vivo con una mamá súper comprensiva que siempre me aceptó, y a veces discutimos porque se emociona demás y se pasa, o toma decisiones precipitadas o habla con gente que nada que ver sobre mi orientación, y resulta ser que ella siendo una wachina te ayudó a vos y vio de cerca lo que te pasó, probablemente sintiéndose igual de culpable que yo ahora por no poder haberlo evitarlo. Y solo me angustia pensar que soy un pendejo de mierda que ella solo quiere acompañar en todo para evitar cualquier mal.

-Mirá Harry, es difícil, la relación de uno con la madre, lo que significa nuestro legado femenino, lo que significa una mamá. Pero, está bien poner límites y no estar siempre de acuerdo, agradecido con todo aquello que te sirve obviamente que sí, pero con lo que no te parece, no quedarte callado y no acatar también está bien. Es parte de ser uno mismo, tampoco es que la bardeas todo el día y la tratas mal. Los límites son buenos, los enfrentamientos a veces necesarios, y siempre mantener la consciencia y la capacidad de razonar, para que si discuten, al otro día puedan hablarlo y abrazarse y disfrutarse.

Después de recomponerse, Harry se sentó recto frente a Louis, limpiando sus lágrimas y mirándolo fijamente, respiró y más tranquilo dijo

-Un pelotudo que resulta ser mi compañero en las clases presenciales de capital me acosa por ser gay.

cuando sea mayor || l.s || smutDonde viven las historias. Descúbrelo ahora