LOS PREPARATIVOS

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No me enteré de la existencia de este capítulo hasta que comencé la versión de las <<partes buenas>>. Llegado a este punto, mi padre se limitaba a decir: <<En fin, que entre una cosa y la otra, transcurrieron tres años>>. Y a continuación me explicaba cómo llegó el día en que Buttercup fue presentada oficialmente al mundo en calidad de futura reina, y cómo la Gran Plaza de la ciudad de Florin estaba llena a rebosar como nunca antes; todos esperaban su presentación, y entonces, pasaba directamente a la terrible descripción del rapto.


Quince páginas para explicar por qué Humperdinck no se puede casar con la plebeya, o sea, que venga a discutir y pelear con los nobles, para acabar convirtiendo a Buttercup en princesa de Hammersmith, que era aquel pequeño puñado de tierra anexo al último confín de las posesiones del rey Lotharon.


Entonces, el taumaturgo comenzó a mejorar la salud del rey Lotharon, y siguen dieciocho páginas en las que se describen las curaciones. (Morgenstern odiaba a los médicos, y dejó testimonio de su amargura cuando proscribieron de Florin a los taumaturgos impidiéndoles ejercer.)


Y setenta y dos páginas - contadlas bien -, setentas y dos páginas para describir la educación de una princesa. Sigue a Buttercup día a día, mes a mes, en su aprendizaje de todas las normas de etiqueta, de cómo se sirve el té, de cómo dirigirse a un nabab y cosas por el estilo. Todo ello narrado en una vena satírica, naturalmente, porque Morgenstern odiaba a la realeza mucho más de lo que odiaba a los médicos.


Pero desde el punto de vista narrativo, en estas ciento cinco páginas no pasa nada. Salvo esto <<En fin, que entre una cosa y la otra, transcurrieron tres años>>.

La princesa prometidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora