Pov Irene
Me sentí un poco decepcionada y molesta al despertarme sin _____ a mi lado.
Me levante a preparar el desayuno para Karina y prepararla para la escuela.
Mientras cocinaba mi celular sonó, al revisarlo me percate que era un mensaje de _____.
Al leer lo que me dijo me sonroje un poco y molestia inicial se esfumo.
Irene: No esperaba que fueras tan sincero. También fue especial para mí. No quiero complicar las cosas, pero creo que necesitamos hablar en persona. Llevare a Karina a la escuela ¿Podemos encontrarnos y discutirlo?
___: Claro, te veré en el parque frente a la escuela de Karina.
La idea de encontrarme cara a cara con _____ me causó un nerviosismo sutil, pero al mismo tiempo, la disposición de _____ para abordar la situación de manera directa me reconfortó. Termine de preparar el desayuno de Karina, tratando de concentrarme en la rutina matutina mientras mi mente divagaba sobre lo que podría suceder en esa conversación pendiente.
Cuando Karina estuvo lista para ir a la escuela, me despedí de ella y le prometí que hablarían más tarde. Una vez que Karina se fue, era hora de prepararme mentalmente para encontrarse con ___.
Me senté en aquella banca donde nos besamos por primera vez a esperarlo.
___: Hola Irene.
El corazón me latía con fuerza mientras me ponía de pie para recibirlo.
No me habia percatado de que traía un ramo de flores con él.
Irene: Hola.
___: Eh... yo te traje esto.
Acepte las flores con una sonrisa, las flores agrego un toque de dulzura a nuestro encuentro.
___: ¿Quieres hacer algo?
Irene: ¿No tienes trabajo?
___: Pues... no, en la oficina todo está hecho y sobre mi segundo trabajo tengo algo de influencia con mi jefa.
Irene: ¿A si?
___: O eso creo, todo depende de que tan bien salga el día de hoy.
Irene: Si, pero olvidaste que tengo trabajo en la cafetería.
___: Ah descuida, ya también me encargue de eso.
[Narrador]
____ durante el camino a su encuentro con Irene pensó en como pasar todo el día de hoy con ella.
Pidió favores a Wendy, Yeri y Seulgi para cubrir a Irene en la cafetería.
Wendy: Ese idiota me deberá mucho por esto.
Yeri: Ah relájate un poco, ¿nunca hiciste trabajo de medio tiempo?
Wendy: Cuando terminemos vamos a asaltar su refrigerador.
Yeri: ¿Y cómo haremos eso?
Wendy: Tengo sus llaves.
Seulgi: Menos charla y más café.
Wendy: ¿Tu por qué no ayudas?
Seulgi: Porque yo iré por la pequeña Karina.
[...]
Su respuesta me dejo algo sorprendida.
Su disposición para ayudarme con el trabajo creo una sensación cálida en el pecho.
Irene: ¿Y qué tienes en mente para hoy?
___: Algo divertido.
Fuimos a un parque de diversiones.
___: ¿Qué te parece esa montaña rusa?
Irene: ¡Oh, me encanta! Vamos.
Ambos se subimos a la montaña rusa, riendo y gritando a medida que la velocidad y las curvas los emocionaban. La diversión continuó con juegos, algodón de azúcar y risas compartidas en cada rincón del parque.
Irene: No puedo recordar la última vez que me divertí tanto.
___: Me alegra que estemos disfrutando el día juntos.
La complicidad crecía a medida que enfrentábamos desafíos en los juegos y compartíamos momentos de risas y complicidad.
La cita transcurrió entre risas, gestos cariñosos y miradas que expresaban más de lo que las palabras podían decir.
El parque de diversiones se convirtió en un recuerdo especial, sellando aún más la conexión entre nosotros. Al final del día, con sonrisas cansadas pero felices, dejaron el parque de diversiones con la certeza de que estos momentos fortalecían nuestro vínculo y dejaba huellas imborrables en nuestros corazones.
Irene: Gracias por esto ____.
___: Por nada, la próxima vez que vengamos traeremos a Karina.
Irene: Por supuesto.
Mientras caminábamos de regreso _____ tomo mi mano.
___: Oye Irene.
Irene: ¿Qué pasa?
___: Me gustas.
Me detuvo por un momento, mirando a ___ con una mezcla de sorpresa y felicidad en sus ojos. La confesión sincera de ___ llenó el aire con una dulzura palpable, creando un instante que parecía detener el tiempo.
Irene: ¿En serio?
___ asintió con una sonrisa cálida.
___: Sí, Irene. Me gustas mucho.
Sentía que mi corazón latía con fuerza, pero esta vez no por la emoción de las atracciones del parque, sino por la sinceridad y ternura de las palabras de ___. Un silencio agradable se instaló entre nosotros, permitiendo que el peso de la confesión se asentara.
Irene: Eso es maravilloso, ___.
Ambos continuamos caminando, ahora con una complicidad más profunda entre nosotros. La conexión que habíamos compartido durante la cita en el parque de diversiones se transformó en algo más significativo.
