Salvaré alá PRINCESA r-15

𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 2

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Ella no podía sentir ninguna emoción en su voz grave.
Todos los nobles, que estaban prestando atención a los comentarios del Emperador, cerraron la boca.

Rápidamente, el aire que rodeaba el salón de baile se volvió frío.

Justo ahora... ¿Lo escuchó mal?

'¿Ir a la Villa Occidental? ¿Alejarte de él?

'¿Ni siquiera puede felicitar a su hija por su debut? ¿Le dijo que saliera del palacio?

Hannah volvió a mirar a Ophelia con una expresión vacía en su rostro.

En la oscuridad, pudo ver el rostro humillado de la princesa.

Como si se hubiera quedado sin palabras, Ofelia se quedó allí como una estatua de piedra, tartamudeó y habló: "Ah, padre-padre... ¿De qué estás hablando?"

“¿No sentimos lástima el uno por el otro? Probablemente me odies, y yo también”.

“Mu, mu… ¿Qué quieres decir? Odio, odio… Bueno, yo…”

“Ni siquiera tenemos buenos recuerdos, así que es mejor vivir sin vernos. ¿No crees?”

El Emperador le habló a Ofelia en tono tranquilo, como si hablara del clima de hoy.

…Hannah supo desde el principio que su relación estaba cerca del amor y el odio. Ella nunca esperó que él hiciera tal comentario en este lugar. En este momento.

"Correcto. Eso es… Eso es…”

Ofelia, mirando al Emperador con los ojos bien abiertos, inclinó lentamente la cabeza. Al mismo tiempo, sus manos comenzaron a temblar severamente mientras sostenía la copa de champán.

El líquido dorado revoloteó y se desbordó de la copa, y pronto su mano, muy temblorosa, no alcanzó la copa de champán.

¡Tintinar!

Una copa transparente de champán cayó al suelo y se hizo añicos.

Fue un ruido pequeño, pero todos los que estaban en el lugar, incluida Hannah, contuvieron la respiración mientras veían el vidrio romperse en el suelo, por lo que el sonido al romperse fue especialmente fuerte y se extendió a través del inquietante silencio.

"...Oh... Oh, oh..."

Fuera de foco, Ophelia miraba alternativamente sus manos temblorosas y la copa de champán rota. Un doloroso gemido se escapa de sus suaves labios.

El rostro del Emperador, que la había observado antes, gradualmente mostró signos de fiereza.

"Suspiro... Qué tonta".

"Uh... Oh... E-Ese... vaso..."

“Ni siquiera pudiste mantener la copa. ¿Vas a avergonzarme hasta el final?”

"Ah, pa-padre... Yo..."

Los ojos del Emperador, mientras miraba lentamente a Ofelia, parecían fríos como los de un animal feroz.

“Ni siquiera quiero ver a un tonto como tú. Desaparece de mi vista”.

El Emperador mostró sincero desprecio, le lanzó una mirada y se dio la vuelta sin dudarlo.

El sonido de los zapatos disminuyó gradualmente y el sollozo de Ofelia llenó el lugar.

El pequeño sollozo poco a poco se convirtió en un grito como el de un animal.
Ofelia se sentó en medio del salón de baile y lloró tristemente, pero nadie la consoló. La sala estaba llena de humanos, que tenían prisa por mirar al Emperador.