Capitulo 24

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Dejando escapar una voz burlona, el Emperador apartó la mirada de Hannah.

Arrojó su espada sobre el escritorio y pasó junto a ella.

Sólo el ruido de pasos resonó en el silencio.

Finalmente, el sonido de sus pasos desapareció. Ella se estremeció y cayó al suelo.

'¿Cómo puedo realmente...?'

El Emperador tenía el huevo...

Era una apuesta con su vida y no podía creer que hubiera funcionado. Ella acaba de llegar aquí, aferrándose a un clavo ardiendo.

Las manos que hurgaban en el suelo estaban empapadas de sudor.

Un extraño gemido que sonó como un sollozo o una risa salió de su boca.

Después de un rato, Hannah se levantó de su asiento.

Secándose el sudor de las palmas de las manos, avanzó con una mente más decidida.

Volvamos a la princesa.

* * *

Esa mañana temprano, el Emperador entregó el huevo de Gavish a la Princesa.

El médico le administró la medicina con expresión solemne y se la dio a Ofelia tan pronto como terminó.

Una atmósfera de ansiedad invadió el palacio.

Todos los sirvientes esperaban que la Princesa despertara, sin quedarse dormidos.

Cuando el amanecer llenó el cielo, los labios de Ofelia se abrieron y dejó escapar un largo suspiro.

Sus párpados se levantaron lentamente y sus anhelantes ojos rubí se encontraron con los de Hannah.

"Han... yo."

Sorprendida, Hannah le apretó la mano con fuerza.

"¡Si, princesa! ¡¿Estás despierto?! ¡Princesa!"

"Sí."

"Es un alivio. ¡Estoy tan, tan contenta!

“¿Por qué… a casa… no viniste?”

Ofelia fortaleció suavemente sus manos entrelazadas y miró a Hannah a los ojos. Aunque estaba confundida, hablaba con dificultad.

"Tú... no volviste a casa... Hannah... Oh... He estado esperando tu regreso".

Salvaré alá PRINCESA r-15Donde viven las historias. Descúbrelo ahora