En las Profundidades Del Infierno

Capítulo 4 Intrusa

Es martes por la mañana y despierto algo confundida, imagenes vienen a mi mente en forma de recuerdos.

¿Donde estoy? ¿Esto es real?

Estoy en una cama ajena, en la casa de alguien que apenas conozco.

Mi mente no me deja si quiera recuperar el aliento, estamos juntas en la playa, un primer beso, todo comienza a intensificarse, nos rozamos mutuamente causandonos placer dentro del mar, bailamos abrazadas sobre la arena aun sin música cuando ya ha anochecido, nos percatamos de que nos han robado nuestras pertenencias, acudimos a la policía, sin obtener resultados, ella insiste en acompañarme hasta mi casa sin saber la distancia que teniamos que recorrer caminando siendo las 3 de la mañana, caminamos mojadas, llenas de arena, en la madrugada por la carretera, nos encontramos un hombre y ellos coquetean, caminamos durante 8 horas hasta llegar a casa, encontramos a la madre de Siria, nos presta su llave para poder entrar a la casa y descansar en lo que ella se va a su trabajo, la casa esta sola, Evelyn y yo tomamos una ducha rápida, y terminamos en la cama...

Después, ella sentada en la sala de la casa, sin ropa, yo vistiendome en una de las habitaciones, la madre de Siria regresa a casa desesperada buscando los papeles del seguro de su hijo que ha tenido un accidente en la escuela y la encuentra completamente desnuda sobre su sofá, ella no demuestra pudor, y la madre de Siria se va, Siria llega y me pide que me vaya de su casa, pierdo a mi mejor amiga y un lugar donde vivir. Caigo en una desesperación profunda, Evelyn se siente culpable y me pide que sea su novia, me lleva con ella hasta su casa, hasta otra ciudad, pedimos raite, y tambien caminamos bastantes horas varios kilometros, muertas del cansancio, sin dormir, sin comer y en quizas una de las peores condiciones en las que habia estado.

Llegamos por fin a casa de su mamá, y caigo muerta de cansancio, y con el alma completamente vacía.

Una parte de mi queria pensar que nada de eso era real, pero lo supe, una dulce pesadilla apenas comenzaba.

...

-hola, te prepare el desayuno.

-muchas gracias cariño.

Comenzamos a desayunar, y me siento aturdida pero agradecida, pocas veces habia tenido la oportunidad de tener a alguien que aun sin conocerme, arriesgaba mucho o todo por mí.

Mientras comiamos, la observaba, no entendia por completo como habiamos terminado asi, pero comenzaba a apreciar las cosas que iba conociendo de ella, los pequeños detalles que la hacian ser dulce, a pesar de su aspecto algo rudo.

Y aproveche que estabamos solas en casa y comencé a provocar su cuerpo, era la tercera vez que le tocaba, pero esta vez me parecia un poco mas especial, solas, sin prisa de ir explorando su cuerpo, y antes de comenzar a despojarla de sus prendas, comence a besarle los miedos, e increíblemente fui dominando cada parte de su ser, para hacerla enloquecer de deseo antes de introducirme en ella.

Y fui tocándole como nunca habia tocado antes a nadie, y no pude contenerme, y todo aquello que habia reprimido durante más de un año desde Beck, se apodero de mi para saciarse cual vagabundo que ha encontrado un oasis en medio del sofocante desierto, como un inocente preso que después de vivir años en prisión anhelando la muerte o la libertad, por fin la obtiene, y ahi sucedió, las puertas del infierno se habian abierto dejando escapar mis más codiciosos demonios.

Mis instintos más bajos conducieron mis manos y mi boca, dejar de pensar en el desastre que yo misma era, fue perderme dentro de ella, saboreando su exquisita miel. Y lo sabia, aunque se notaba que yo no era su primera vez, me daba la certeza de que nadie antes la habia tocado tal como lo estaba haciendo yo.

Y besaba su boca mientras jugaba con sus pechos, y recorrí su cuello para encontrar su debilidad, y me monte sobre su cuerpo dominandola, besando y recorriendo con mi lengua cada parte que podia tocar.

Con mis manos sostuve con fuerza sus pechos, como si pudiera alimentarme de ellos, chupando y mordiendolos leve y suavemente, jugando con ellos, saboreando su dulce sabor.

Y fui bajando, primero por sus costillas hasta sus caderas, descubriendo las partes mas sensibles de su cuerpo, encontrandome de frente por fin su sexo.
La miel que escurria de ella era deliciosa, saberla tan mojada aun cuando apenas iba empezando, me invitaba a más.

Y me abracé a su cuerpo, y con mis labios recorrí su espalda desnuda hasta llegar a sus nalgas, y fui dejando pequeños mordiscos, acariciando sus glúteos, fue tanto su anhelo, que posaba inclinada sobre la cama, mientras de ella goteaba su miel.

Y poco a poco fui jugando aún más con su cuerpo, acercando poco a poco mi rostro a su sexo, dejando que mi aliento se posara en ella mientras acariciaciaba posesivamente sus caderas.

Deje que sus nalgas abrazaran mi cara mientras yo jugaba con mi lengua en ella.

Sus gemidos endulzaban mi oido, de tal manera que enloquecía todos mis sentidos.

Me introduje de todas las maneras posibles en su cuerpo, una y otra vez, repetidamente, a veces fuerte, duro y por momentos suave, variando el ritmo según sus gemidos, segun su cuerpo que temblaba pidiendo más, solo para hacerla venir de nuevo, una y otra vez.

Dejé de contar cuantas veces llegó al éxtasis, dejando su cuerpo satisfecho y agotado.

Perdi la razón como nunca antes lo habia hecho, habia dejado que mis instintos animales me dominaran.

No era amor, era sexo, y era salvaje....