Wei Wuxian no pudo dormir esa noche. Lan Wangji talvez al final se dio por vencido al no verlo asomarse, pero el se quedó con un sentimiento que apretaba su garganta por pensar en tanto.
Temprano por la mañana decidió ir al templo a rezar, los demás omegas decían que los Dioses Siempre arreglaban sus problemas y dudas que los afligian. Pero parecía que a él era el único al que no oían. Hoy talvez regresaría Zixuan y antes de todo había querido venir aquí.
Arrodillado sobre una almohada ahí estaba el, solo pidiendo ayuda para que dejara de sentirse con el alma a la mitad, pedía tanto por dejar de sentir tal sensación de desesperación. Pero solo había silencio y más problema dentro de el entre más pensaba una solución.De pronto, unos pasos se escucharon detrás de él, creyó que era el guardián, pero solo hubo silencio y el no quiso voltear a ver.
Para cuando los pasos se hicieron más cerca de él, fue que levantó la mirada, encontrandose con Lan Wangji.
Quiso entonces levantarse pero fue detenido por el.— No se vaya usted... Por favor.— Pidió el alfa para arrodillarse junto a el quien ahora lo miraba fijamente.
Wei Ying noto en sus ojos, un brillo amargado y en su voz una tristeza, lo cual lo preocupó
— Ya no lo volveré a molestar, jamás. Se lo prometo... Pero por favor, oigame usted.
Esas palabras dieron justo en el corazón de Wei Ying, pero no dijo nada, solo agachó su mirada oyendo sus otras palabras.
— Aquí, frente a los Dioses, le quiero pedir perdón y confesarle que lo amó.— Los ojos tanto de Lan Zhan como de Wei Ying, estaban llenos de lágrimas, pero solo el alfa siguió hablando, dejando al Omega ahora dolido.— Perdón por quererlo, pero yo no tengo la culpa de sentir lo que siento por usted... Me han dicho, que yo no tengo derecho de enamorarme y menos, de una persona como usted. Porque soy como soy y ni yo mismo se cómo he de terminar— Wei Ying solo seguía con la cabeza abajo, intentando no soltar ningún sollozó, quería callarlo y abrazarlo, pero ya había decidido.— Pero el corazón no sabe de todo esto, sigue tranquilo... y en calma, cuando de pronto se detiene como si la propia vida se detuviera por un momento, con la angustia de no saber si la vida termina ahí o va a continuar... Y esa angustia ya nunca se aparta del corazón... Pero, yo he soñado, creyendome capaz, de haberlo podido hecho feliz y los dioses saben, que todas mis esperanzas, ya solo pueden tener una finalidad en mi vida... Seguir soñando, en eso mismo, en que quizá, yo lo hubiera hecho dichoso a usted, Wei Ying.
Oírlo llamarlo por su nombre fue la gota que derramó sus lágrimas de sus ojos, no sollozó, solo estaba ahí. Llorando con un nudo en la garganta, sin poder decir nada.
— Yo se que algún día me tendré que ir de aquí, tal vez muy pronto y ya nunca lo volveré a ver, pero quiero que usted sepa, que lo llevaré aquí.— Dijo señalando su corazón.— Justo en mi corazón, siempre, estará usted... Conmigo. Cómo está esa pintura, en ese altar.— Dijo, haciendo a Wei Ying levantar la mirada con una suave sonrisa hacia la pintura para después girarse a ver por fin a Lan Wangji.— así lo quiero a usteded y así... Lo seguiré queriendo. Siempre.
Wei Ying quería lanzarse a lo brazos de Lan Wangji, quería decirle que solo lo abrazars y sostuviera entre sus brazos con ese amor que le prometía, pero no lo hizo, por ese miedo que sentía aún en su corazón de no entenderse ni a el mismo.
Se levantó de su lugar y con más lágrimas desbordando de sus ojos, se fue casi corriendo deteniendose en la puerta, queriendo regresar con el. Mirando como el alfa se quedaba tan destrozado, con su cabeza baja, oyendo talvez un sollozó y aunque estaba a nada de regresar, no fue así, solo se fue está vez, sin mirar atrás. Porque en su casa, lo estaban esperando para arreglarlo como todo un Omega que estaba por casarse. Hoy al anochecer sería la ceremonia.
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Enamorado •WangXian•
Fanfiction• Universo donde hay una Guerra en la cual Lan WangJi, un Alfa dominante se convierte en un general al mando de todo un grupo de soldados que pelean por acabar con el imperio Wen el cual ha traído desgracias para toda persona humilde y secta que qui...