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SILENCIO!!

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tres grandes llantos hubieron en una sola noche..

El del príncipe porque no se podía casar con Camilla, el de Camilla porque se casaba el príncipe y el de Diana porque Camilla seguía en la vida del príncipe.

Una joven quien emocionada estaba por casarse con el hombre que se había enamorado aunque su matrimonio era arreglado por los Reyes, eso a ella o más bien su corazón no le dió importancia, aquél vestido grande y esponjoso, de color blanco con piedras la hacia ver cómo una bella princesa, aquella linda mujer nunca espero ver a tanta gente el día de su boda, eran millones a lo cual ella se sorprendió y aunque posiblemente estába segura de su intuición, su mirada busco aquella mujer la estába sentada entre los invitados de Rey algo que la hizo entristecer, viendola sentada con aquél conjunto blanco.. Opacando a la novia, la mirada de Diana se veía triste, su corazón palpitaba rápido, sentía que todo daba vueltas, quería llorar.. Pero no se lo iba a permitir no quería que nadie la viese tan ¿vulnerable?

Ella había echo de todo, solo esperaba que aquél hombre con el cual se casó la amara.., ella incluso tenía depresión por la falta de atención y amor que nunca le fue dado.

La mujer ya hacia sentada en el piso a un lado del inodoro, tapando sus llantos con su mano, estaba de bastada sentía que iba a desmayarse después de haber vomitado una enfermedad la cual era su mayor secreto (bulimia) siempre lo hacía con tal de escaparse de aquellos pensamientos negativos hasta no pensar más, cada noche rogaba que su prometido le dira algo de atención aunque sea en su luna de "miel" solo quería olvidarse de que aquella mujer la cuál estuvo ahí.. En su propia boda.. Solo quería olvidarse que Carlos preferiría mil veces a esa otra mujer que a su esposa..

- ¿a-acaso no soy suficiente para él..? - susurraba para que haci ninguna gente le pudiera escuchar - que tiene ella.. Que yo no tenga.. - y otra lagrima salia de su ojo, mordiendo con fuerza sus labios sin importar si estos sangraban, solamente quería llorar y sacar aquél dolor del cuál nunca podía escapar -

Mientras Carlos sentando en su cama que compartía con su ahora esposa, no tenía sentimiento alguno, pues aunque el lucho por esa otra mujer su amor nunca fue aceptado.. Pensando en Camila en su adorada Camila.. Solo en ella, por otro lado el hermano del príncipe Carlos se sentía triste.. Pues se pudo percatar que la amante de su hermano había asistido a la boda de ellos dos, caminaba en círculos pensando si Diana se dió cuenta o no..

- oh mierda.., al carajo.. - Edward salio de su cuarto aún teniendo tiempo antes de que ellos se fueran de Luna de miel, tocó la puerta de donde dormían Carlos y Diana - y Diana?

- hace rato que se metió en el baño - sin prestarle atención a su hermano Quito sus zapatos dejando estos a un lado del armario bastante gigante, miro de reojo a su hermano quien este intento abrir la puerta del baño - Tsk..

- ¿Diana? Puedes salir..

Diana al escuchar la voz de Edward simplemente se paró del suelo limpio su cara y enjuago su boca, se sentía nerviosa pues sus ojos estaban rojos de tanto llorar, dio varios suspiros para tranquilizarse y acercarse a pasos lentos a la puerta, quito aquél seguro y abrió la puerta

- ¿pasa algo? - bajando su mirada pues no quería que el hermano de su esposo se preocupara del porque tenía sus ojos rojizos -

- ¿te encuentras bien..?

Aquél "bien" sonó tan irreal pues sabia que no lo estaba y lo único que hacía ella era mentir.. Diana se quedo unos segundos callada y antes de cerrar la puerta, pudo sentir las calientes manos del príncipe Edward, al mirarlo de reojo simplemente se separó con rapidez, pues tuvo miedo de que le hubiera visto sus ojos rojos.

Y de nuevo se encontró llorando pues ese "bien" se repetía en su cabeza, como iba a estar bien si sabía que la mujer por la cual babeaba su esposo estubo ahí.. En su boda

La chica adolorida por dentro, tan frágil y vulnerable que se sentía en los brazos de aquel hombre, pero sentía esperanzas de que él la podría llegar a amar ¿verdad? Mientras se iba removiendo en la cama intentando conciliar el sueño y sin lograrlo pues la intranquilidad y la culpa volvía a parecer

- mmHg..- se supone que mi príncipe debe de ser un caballero con su princesa..¿no? - al girar su cabeza y con la poca luz que daba la luna miro fijamente el rostro de Carlos el cuál estaba ya dormido - ¿dime algún día sentirás amor por mi..? - su voz sonaba quebrada y apagada - esposo mío..

Los ojos de la bella Diana se cerraron conciliando al fin su sueño

[>..<]

El día llegó y Diana se despertó antes que su esposo, al acercarse al armario saco un conjunto de un color azul pálido, y un sombrero de un azul un poco más fuerte acompañado de una flor pegado en la cinta que adornaba el sombrero, un conjunto el cual hacia resaltar el cuerpo de la princesa, al caminar por el largo pasillo del Castillo mirando las fotos e incluso pinturas de todos los antepasados de la reina Elizabeth II y sin prestar atención ella choco pero antes de caer al suelo unas manos la habían alcanzado a detener de su cintura, ella Roja por la vergüenza dio una leve reverencia

- Diana, es un gusto verte, ¿como amaneciste? - Edward le sonrió con gentileza mostrando un poco sus dientes, al mirarla fijamente pudo observar de nuevo esa belleza que ella tenía, su linda sonrisa, sus ojos tan expresivos los cuales hablaban más que las propias palabras -

- amaneci bien y ¿usted príncipe Edward? - los dos caminaron juntos por el largo pasillo, entre risas y sonrisas habían llegado al comedor - al parecer el desayuno ya está servido, creo que es mejor que esperé a Carlos..

- no te preocupes por él, comamos juntos tú y yo, antes que el amargado de mi hermano ...arruine..esto... - susurro el joven ayudando a Diana a sentarse - ¿algo que quieras comer en especial?

- mmH..- el plato de frutas me parece bien - junto con sus dos manos agarro el tazón de frutas poniendo este en la mesa y agarrar un pequeño tenedor el cual se le fue dado - muchas gracias Edward - al mirarlo le sonrió levemente que para aquél chico sentía que su corazón se le saldría en cualquier momento, pues este aunque no quería aceptar sentía algo por ella, un secreto que tal vez muy tarde saldría a la luz o nunca -

[..]

El silencio de nuevo Reino en el castillo desde que Diana miro a Carlos sin ánimos de ir de luna de miel, no quería de nuevo sentirse triste pero no lo podía evitar.. Al ver cómo se llevaba libros en donde se supone que esos días harían el ¿amor?

¿No es cierto?
...

El silencio que reinaba el cuarto de los dos era incómodo.

Un silencio que incluso Diana no soportaba, en el cual quería largarse y ocultarse entre sus lágrimas

Un abismo oscuro, silencio en donde las miradas que las dos personas ya casadas por obligación decían más que las propias palabras que engañaban y entorpecían a la joven Diana de un verdadero "EVIL" el cuál se escondía en aquél príncipe llamado Carlos.

PFINCESS - LADY DI -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora