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𝑻𝒉𝒆
𝑫𝑬𝑽𝑰𝑳

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Aquellos besos se sentían como espinas en su cuerpo, era hierba mala pero para la princesa aquellos besos eran perfectos, una pequeña mentira que ella se hacía creer..

Pues se sabía que la princesa aún joven y su propia mente era su enemiga, le hacia pensar otras cosas las cuales al final se arrepentia y mientras los días pasaban en aquél yate los príncipes de Gales siempre andaban por su lado.

Y al final los dos por fin habían coincidido en algo, querían que toda esta luna de miel acabará pronto..

- sabes.. Estaba pensando si, querías cenar, tu y yo ¿te parece bien? - miro a su esposo quién este se estaba vistiendo, mientras esperaba aquella respuesta miro hacia la ventana mirando la brillante y redonda luna -

- claro, no me parece mala idea

Y al final la pareja disfrutando de la cena aunque pocas fueran las palabras ella estaba realmente contenta que pasaran la noche juntos aunque fuese cenando, aunque Carlos era solo una cena igual que todas tristemente.

La cena al finalizar cada quien se acosto por su lado correspondiente en la cama, Diana intentando dormir pues está no la conseguía, estuvo pensativa pues no era normal que Carlos le dijera palabras dulces a ella.. Muy pocas veces lo hacía pero su corazón latía con fuerza ella misma se engañaba.. Pues las palabras dulces eran como una venda en sus ojos para no ver la realidad del infierno en el que ella estaba comenzando a vivir.

¿Sera posible que alguien la saque de ese infierno?

[..]

- me pregunto cómo estará ella.. - fijando su mirada en el techo de su cuarto mientras las suaves telas de la sabana arropaban su cuerpo el príncipe Edward llevaba días sin poder dormir por la falta de la presencia de Diana, quería ser "él", el que fuera a esa luna de miel.. Quería ser "él", casándose con Diana, simplemente quería ser Carlos - ah.. A veces el amor es tan malo..

Aquél chico deprimido por su amor secreto sin saber que al final de todo para su frágil princesa pasaba un completo infierno envuelto en las dulces palabras y besos como las espinas de las rosas hiriendo cada parte de aquella dama, tapando lo mal y convirtiéndolo en un bien.. Solo para engañarse a si misma.

Y aunque quería aparentar que no sentía celos y enojó por su hermano pues no quería perder la confianza de Diana, sabía que si hacía un paso en falso ella podría tenerle asco.. Y odiarlo, él no se lo permitiría. Su enojo comenzaba a aparecer cada que su hermano hacía sentir mal a esa pobre mujer, intentaba de todas las formas posibles con tal de verla reír y sonreír odiaba cada que pasaba eso, él simplemente quería protegerla como si de algo frágil se tratase.

Pues sabía muy bien que su hermano no medía sus palabras, pero él tampoco podía entrometerse siempre y era lo que le frustraba el no protegerla de las palabras tan frías como el hielo y secas como el desierto.

- al salir de mi cuarto y caminar por el pasillo largo en donde estaban todas las habitaciones, me dirigí abajo llendo a la cocina, al sentarme en uno de los bancos pedi de favor un vaso de leche caliente a uno de los cocineros, era lo que me ayudaba para dormir - gracias..

- no hay de que príncipe - el cocinero agachando su cabeza junto con la reverencia para después salir de la cocina y dejar solo al príncipe Edward -

Aquél joven fijo su mirada en aquél color blanco de la leche para después agarrar el vaso y tomar de un trago la tibia leche dejándole manchando sus labios de aquél líquido.

𝐎𝐡 𝐦𝐲 𝐥𝐨𝐯𝐞..

...

𝐘𝐨𝐮𝐫 𝐰𝐨𝐫𝐝𝐬 𝐚𝐫𝐞 𝐥𝐢𝐤𝐞 𝐤𝐧𝐢𝐯𝐞𝐬 𝐬𝐭𝐮𝐜𝐤 𝐢𝐧 𝐦𝐲 𝐡𝐞𝐚𝐫𝐭

Cada beso que este le daba eran bruscos, ni siquiera podía sentir en ellos el amor que tanto deseaba ella, eran dolorosos el sentir sus besos en sus labios, dejando un falso camino por su cuello para nuevamente dejarla sola y confundida en la oscuridad, sin saber que camino tomar.

Lo único que escuchaba eran los ronquidos de su marido sin dejarla dormir, mirando lo que podía en la oscuridad que se encontraba fijo su mirada en el rostro de su esposo observando a detalle bajo la luz de la luna que era la única que la acompañaba en su dolor.

- te amo tanto.. Eso nunca lo negare.. Esposo mío - susurro y una sonrisa apareció en el rostro de ella, se dio la vuelta para acercarse un poco y poder abrazar a su esposo apoyando su rostro en el pecho del contrario, oliendo de nuevo aquél perfume que inundaba sus fosas nasales y el cuál le hacía doler la cabeza -

Al despertar Diana se pudo percatar que Carlos no estaba, eso la hizo dudar pero de repente él escuchar la puerta abriéndose la saco de sus pensamientos y volteo a ver quién era.

- Carlos - levantó su ceja y le miro pues la expresión que tenía su esposo le daba inquietud -

- los dos tenemos algo en común y es que esto terminé así que.. Quería darle una pequeña sorpresa a mi madre sabes, esta noche nos regresamos al Palacio, Diana

Diana estaba contenta y triste a la vez, pues sinceramente no había disfrutado nada pero por otro lado estaba contenta porque regresaba de nuevo al Palacio.

Un suspiro salió y ella se levantó se quedo unos minutos mirando a la ventana poniendo su vista en las olas del mar, ese azulado fuerte la hacia vivir una vez más y los rayos del sol que pegaban en su rostro hacían que brillará como si fuese oró puro, al quitarse de la ventana se acercó a su maleta la cual estaba recargada en el suelo saco de esta un conjunto de color blanco con toques azules.

- vamos, plane un desayuno para los dos - comento Carlos y diana acomoda un poco su cabello para acercarse a la puerta y salir quién le seguía por detrás su esposo, este tomando con delicadeza su mano caminando por el pasillo y siendo saludados por los trabajadores -

[...]

La tarde había pasado rápido para la pareja quién ya estaban arreglando sus cosas para irse, Diana salió un momento de la habitación mirando el atardecer y en eso Carlos apareció, ella le miro y sonrió levemente su contrario ni se inmuto para mirarle, ella volviendo a prestar atención al anaranjado cielo siento la brisa del aire pegar en su cara y sentir como los mechones de su cabello se movían, sentía tranquilidad.

Aquél yate se dirigía ahora al muelle en donde seguido los príncipes volverían al palacio y claro todo en secreto.

- ahora que es de noche ya no se ve el mar.. Es totalmente oscuro

- es verdad, un negro tan oscuro.. - mientras se iba acercando por detrás a Diana, este reposo su menton en aquel hombro de la mujer aspirando ese dulce aroma que por momentos lo volvía loco -

- es lindo ese color oscuro hace que la luz de la luna resalte siempre

y era verdad el ver que por más oscuro sean las cosas aquella luz de la luna siempre brillaba y lo hará por siempre..

"𝑨 𝒗𝒆𝒄𝒆𝒔 𝒍𝒂 𝒔𝒐𝒏𝒓𝒊𝒔𝒂 𝒎𝒂́𝒔 𝒃𝒓𝒊𝒍𝒍𝒂𝒏𝒕𝒆 𝒍𝒍𝒆𝒗𝒂 𝒖𝒏 𝒑𝒂𝒓 𝒅𝒆 𝒐𝒋𝒐𝒔 𝒕𝒓𝒊𝒔𝒕𝒆𝒔"

( hola espero les este gustando mi historia!)

PFINCESS - LADY DI -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora