𝐅𝐨𝐫𝐛𝐢𝐝𝐝𝐞𝐧 𝐋𝐨𝐯𝐞

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Al demonio se le tornaron sus ojos de un rojo intenso y brillante mientras que de sus manos emanaba un polvo negro que comenzó a rodear a ambos. A medida que esto sucedía, sus alas, cuernos y rasgos cambiaron, incluso el color de su cabello.

Convirtiéndose en humanos.

El ahora pelicastaño estaba sorprendido viendose asi mismo tanto su ropa como su cabello y las alas...ya no estaban, nunca habia visto una habilidad asi, sin duda aquel demonio era un ser muy poderoso.

Salio de sus pensamientos cuando sintio como le agarraban de la mano y lo jalaban para caminar.

La ansiedad haciendose presente en su pecho conforme se acercaba al pueblo, además de una mezcla de emoción y nerviosismo ante lo que estaba por hacer.

Irá a una fiesta humana.

Al llegar Jimin miro con asombro al estar más cerca de lo que alparecer era un bar que se veia desgastado pero presentable.

Yoongi apretó tantito su mano para llamar su atención e insitarlo a que pasen.

El "chico" asintio y entraron al lugar sin poder evitar el brillo en sus ojos al apreciar el interior del lugar rústico, él cual estaba acompañado de muebles de madera envejecida, con algunas marcas y arañazos, las paredes con pintura descascarada, el piso de madera con algunas tablas sueltas. La iluminación tenue, sumandole el como las personas platicaban animadamente y otras bailaban logrando dar un ambiente íntimo y acogedor.

En cuanto al galante sonrió al verlo tan asombrado e incredulo, por lo que lentamente se aserco a él y lo invito a bailar, alzando una mano hacia el para que la tomará.

—Pero...si ¿no lo hago bien?—dudo inseguro.

—Porfavor te he visto bailar y créeme lo haces excelente—le animo provocando un sonrojo al contrario.

El pelinegro tomo su mano y fueron a dirección a la pista de baile para posteriormente con su mano derecha tomo la cintura y con la izquierda le tomaba de la mano.

—Solo dejate llevar—susurro a su oido, y Jimin decidio hacerle caso dejandose guiar por el misterioso demonio colocando su otra mano en su hombro.

Sus cuerpos comenzaron a moverse al compas de la música que ahora era lenta, ambos se miraban a los ojos poniendose nervioso él ángel por aquella mirada seductora que le dedicaba Yoongi.

Conforme iban bailando Jimin no ocultaba lo feliz que estaba de porfin bailar demostrandolo en cada movimiento que hacia los cuales fluian perfectamente con los de él.

Los dos viendose en aquel baile, frente a frente, apenas se conocían, pero había algo especial en esas miradas. Fue como si el tiempo se detuviera por un momento mientras se perdían en los ojos del otro. Pudieron sentir la electricidad en el aire, una atracción magnética que los unía. Sus ojos revelaban curiosidad, deseo y una conexión instantánea.

No tradaron en llamar la atención, que para la vista de esas personas era una pareja joven como cualquier otra y ninguno de los presentes se podrian imaginar que era un ángel y un demonio bailando juntos.

Después de ese baile, decidieron tomar asiento y relajarse un poco. Fue en ese momento que el demonio le ofreció probar la comida de los humanos.

—Wow esto sabe rico—tomo otro trozo en forma de palitos que los humanos le dicen "papás".

—Y aún no lo has probado con esto—le extendio el bote.

—¿Qué es eso?—dudoso lo tomó.

—Sangre—contestó como si nada y sonriendo al ver la cara pálida del ángel.

—¡¿Sangre?!—exalto levantandose del asiento y llamando la atención de la poca gente que había.

—Shh tranquilo solo bromeaba,es ketchup—explico sentando al ángel.

—¿Captsu?—trato de decir ladeando levemente su cabeza confundido.

—Si, ketchup—corrigió sentandose también él.

Jimin lo examino para después agarrarlo, lo arrimo a su nariz llegando en seguida el olor a sus fosas nasales ocasionando que se agurre su nariz. Suspiro aliviado.

No era sangre.

Asi que con más seguridad giró el bote y aplicó presión como Yoongi le enseñó. Sin embargo, por la demasiada fuerza que ejerció, la tapa del envase se soltó y la salsa roja salió disparada, terminando de manchar la ropa de Jimin y algunas partes de su rostro.

El demonio soltó una carcajada y se burló de la escena divertida, agarrandose la panza mientras lo hacía. Y entonces, Jimin lo miró con los ojos entre cerrados e inflados sus cachetes, mostrando claramente su molestia.

—No es gracioso—dejo el bote aún lado.

—Tienes razón no es gracioso, es graciosisimo—siguio riendo.

Jimin miro con las cejas fruncidas su ropa sucia y sus papas bañadas de salsa roja.

—No creí que los ángeles tuvieran sentido del humor—de a poco fue apagando la risa y ahora dejando sus labios estirados al ver al contrario con los brazos cruzados y serio.

Tierno

—No creí que los demonios tenían una risa bonita—le contradijo sonriendo satisfecho al ver cómo el azabache se le borraba la sonrisa pasando a una linea recta.

No obstante, luego de unos segundos, el demonio mostró una sonrisa ladina. Recargó su codo en la mesa y colocó su mano entre la mejilla y el mentón, apoyándola con elegancia.

—¿Te paresco bonito?—cuestiono coquetamente.

—Yo-yo no, di-dige...—desvio la mirada en todas partes menos en los ojos oscuros del contrario, derrepente sintiendose nerviso no sabiendo porque.

El demonio suspiro en medio de la sonrisa y pidio a un mesero que si le podría traer otras papás y servilletas sintiendo un par de ojos fijos en él.

Jimin observaba atentamente cualquier cosa que decía o hacía Yoongi dejandole en claro que no era la primera vez que venia aquí él demonio, pues éste se desenvolvia con total naturalidad entre ellos como si fuera uno de su especie.

La noche transcurrió llena de más risas y bailes. Sorprendentemente, tanto él demonio como él angel pasaron una velada inolvidable con la persona menos esperada.

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¡Nuevo capitulo! que espero y lo hallan disfrutado. Y si es así no se les olvide votar.

Nos vemos a la próxima... muak
（￣ε￣ʃƪ）