Condenado a muerte | NuggetSMP (Three Shot)

Escape (2/3)

Troncos de árboles bastos y sus copas repletas de hojas opacas; una oscuridad abrumadora y dos jóvenes cansados, Fallo y Blue. Esa es la panorámica que hay actualmente.

Los ojos del castaño ya habían retornado a su nulo color original durante su inesperado escape, terminó refugiándose junto al infante peliazul bajo uno de los abundantes árboles que los rodeaban, un paradero no muy inspirador realmente.

— Fallo, ¿estamos perdidos? — Preguntó angustiado Blue.

— ¡No! No, claro que no, — Negó con firmeza. — sólo... ven, debemos alejarnos más —

Fallo procedió a pararse, sacudir su pantalón y extenderle la mano al peliazul para que acate su orden.

Blue dudó seriamente sobre lo que debía hacer, Fallo no se veía muy estable, confiaba mucho en él, pero su semblante frío y su tétrica firmeza azotaban duramente al niño de lava.

— Yo... No quiero — 

Blue cerró sus ojos con fuerza, no quería ver la posible expresión de enojo de Fallo

— Blue, esto es en serio, levántate —

Fallo procedió a extenderle su mano al peliazul con más insistencia.

— Fallo, yo quiero quedarme aquí, estoy cansado... Perdón —

El castaño solo le dedico una mirada de desprecio, la cual hizo que el pequeño Blue mostrara una mueca de tristeza.

— No fue pregunta — Le aclaró Fallo, tomando al infante del brazo en contra de su voluntad.

Y en un tirón, Fallo logró levantar a Blue, dejándole un abrumador dolor de brazo a este último, pero que se quiso guardar, puesto que no quería recibir más daño de parte de su furioso contrario.

— Por favor, Fallo... Suéltame, me... Me duele — Suplicaba el menor.

Fallo ignoró tales lamentos y continuó caminando, prácticamente arrastrando al peliazul.

— Es en serio, Fallo, déjame ir — Blue se hacía cada vez más insistente.

— No. Ya, estate quieto — Dijo Fallo, manteniendo su agarre con firmeza.

— Suéltame, por favor —

— Ya camina, ¿quieres? No tenemos tiempo que perder —

Blue comenzó a forcejear ligeramente, pero el agarre del ojiblanco lo mantenía cautivo.

— Pero Fallo, ¿¡hacia donde caminamos!? —

— Ya basta, Blue, guarda silencio y camina — Exigió el castaño con autoridad.

— Pero... —

— ¡Pero nada! ¡Te dije que te calles! —

— ¡Y YO TE DIJE QUE ME SUELTES, HIJO DE PUTA! —

De un segundo para otro, el agarre de ambos chicos se disolvió.

— ¿Magma...? —

Ya no quedaba rastro del niño peliazul, ahora en su lugar yacía el joven de rubios cabellos, con un penetrante semblante hostil que le dio escalofríos al castaño.

— ¿Realmente eres tú, Magma? — 

— ¿Quién más crees que soy? — 

Pequeñas lágrimas de alivio brotaron de los ojos del castaño, una sensación de liberación lo recorrió por completo. Fallo usó sus puños para secar sus ojos, cerrándolos por un corto momento, quería disfrutar de la pequeña paz que portaba.