CELOS Y OBSESIÓN [ versión #2 ]

03 | Mentira piadosa

03| Mentira piadosa

— Buenos días — escuché a una voz conocida procedente de alguien al apenas abrir los ojos.

Exacto, era Matt.

— ¿Donde...?— miré la habitación con curiosidad .

Luego me fijé que estaba sin camisa— solo en sujetador —estaba semi desnuda y me tapé los pechos con las sábanas blancas.

Que vergüenza.

Matt solo me observa en silencio y el dolor de cabeza se hizo presente en es mismo momento. El dolor de cabeza era horriblemente espantoso. Estúpida resaca.

— Estabas muy ebria anoche y te traje aquí — responde de mala gana y solté un gemido por el dolor de cabeza.

Que horrible dolor de cabeza.

— Gracias... supongo que...

— Lo hice por ahorrarme los problemas con Lucas y tu mamá.  No por tí — responde seco y no niego que me sentí algo decepcionada en el fondo.

Auch, eso dolió.

Él nunca se fijaría en una chica como yo.

Somos tan diferentes .

Él solo me ve como una niña y jamás me verá de otra manera que no sea esa. Y eso es frustrante.

— En el cajón de allí hay Aspirinas puedes tomarte una para la jaqueca — señala la mesita de noche y asentí — Estaré en la cocina si necesitas algo — sale de la habitación dejandome sola.

No recuerdo nada de lo que pasó anoche¿Que pasó?

Me levanté de la cama para vestirme, extender la cama y de medio arreglar mi aspecto que de seguro está de lo peor —Estaba hecha un desastre— Tomé mi móvil, le marqué a Gigi y... contestadora. No atiende. Solté un suspiro frustrado y salí del cuarto para adentrarme en la hermosa cosina moderna de su departamento.

Lo más probable sea costoso. Debo admitir que buenos gustos tiene el amargado.

Siempre el amigo millonario.

Me senté en un taburete frente a él que tomaba café tranquilamente mientras veía algo en su móvil y luego su mirada chocó con la mía por un momento logrando que mi corazón diera un respingo rápido. 

— ¿Quieres algo? — pregunta .

— Tener novio antes de fin de año — murmuro de forma sarcástica.

— En eso no te puedo ayudar — ríe — De seguro el pobre saldría corriendo.

— Para tu información si tuviera novio peroooo ninguno de esos chicos me gusta, ni siquiera saben más nada que pensar en meterme la mano— hice una mueca de desagrado — Estúpidos.

Matt solo me estudia en silencio y yo apoyé la cabeza en la encimera para jugar con un pequeño lápiz que estaba en la mesa. Suspiré y me fijé en sus manos por un momento, luego en su pequeña marca en el cuello, algo parecido a un chupetón.

De seguro he sido yo, debí estar insoportable anoche.

Y no me acordaba de nada.

— Eres exigente — murmura para si mismo.

— Soy exigente que puedo decir, tengo mi humilde estándar— murmuré.

— Solo necesitas a un genio que te conquiste ¿Eh?  

— Exacto, solo un genio podría conquistar mi corazón y no quedar este fin de año como la propia guayabera como dice mi mamá.

«Tú serías ese genio y aún así no lo eres»