021

1.4K 142 17
                                    



____________________________



Estaba enojado. No, enojado era poco, tenía tantas ganas de echar a Carlos de mi casa, pero aún peor que eso, me encontraba colérico por el simple hecho de no poder hacerlo, de desear tanto besarlo y frotarme contra él para llenarme de su olor.

Maldito omega, eres horrible y feo.

Quiero Carlos. Quiero besarlo.

No ¡Cállate!

Definitivamente mi vida se resumía en una mala comedia en la cual yo tenía dos personalidades que se la vivían peleando, poco faltaba que me salga otra cabeza y sería el colmo. Solté un suspiro totalmente enojado cuando adentré a Carlos en mi baño y cerré la puerta de un fuerte portazo, poco me importaba si mi madre se enteraba que todo era una estúpida mentira, pero tampoco quería explotar los limites de la paciencia de un alfa, Carlos respondería muy mal si le gritaba frente a mi madre.

- ¿Puedes decirme qué mierda te pasa? -. Intenté hacer un sonido parecido a un gruñido, pero Carlos no se inmutó en lo más mínimo. Cuando vi que él iba a hablar, estaba seguro de que saldría con alguna de sus bromas tomando las cosas a la liguera, así que me adelante. -No, espera ¡No respondas! ¿Cómo se te ocurre hacer algo cómo eso? ¿Te das cuenta dónde te estás metiendo? Una cosa es algo nuestro que no comprendo, pero ella irá a decirle a mi padre y a sus amigas ¡Es una chismosa, Carlos!

- ¿Algo nuestro que no comprendo? -. Él repitió esas únicas palabras, no deseaba hablar de ello con mi madre presente en la casa, pero si tanto quería hacerlo, perfecto.

-Sí, esta mierda que no entiendo.

Mis brazos se colocaron instintivamente sobre mi pecho, cruzándolos mientras daba un par de pasos hacía la pared más cercana, Carlos no se veía amenazante, de hecho, el único que soltaba un aroma lleno de enojo como una peste era yo, pero igual, algo dentro mío me mantenía alerta, nos había encerrado en una habitación y en cualquier segundo alguna parte de Carlos podía hacer clic y enojarse. No quería a mi alfa enojado.

Joder ¡Cállate!

Sacudí la cabeza intentando ignorar esos vagos y asustados pensamientos de mi omega, él quería más caricias como aquellas de la sala, pero primero necesitaba explicaciones, mi cabeza iba a explotar si no lo comprendía de una vez.

- ¿Qué es lo que no entiendes? Quería verte y no me llamabas, me dijiste que tu madre venía hoy y pensé que sería genial callarle la boca, tú lo dijiste ¿No?

- ¡Sí! ¡Pero no es tan fácil, idiota! Me metes en problemas ¡Te metes en problemas! ¿Qué pasará cuando ella le vaya a contar a todo el mundo? ¿Qué sucederá contigo?

-Sinceramente mientras yo no lo diga, no creo que vayan a creerle a una persona que ni siquiera conozco públicamente ¿Sabes cuantas mujeres han inventado que tengo una relación con ellas o que esperaban un hijo mío? Los medios pueden decirlo, pero no me interesa.

-De acuerdo ¡No te interesa! ¡Genial! ¡Todo solucionado entonces! -. Dije con obvio sarcasmo, rodando los ojos ante su falta de seriedad ¡No era tan simple! Además... No me agradaba la idea de Carlos negándome ante las cámaras, ni siquiera me preocupaba oficialmente por todo lo que dirían en la universidad de mí, sino... Solo no deseaba escucharlo decir que no somos nada, me iba a romper por completo.

-Charles, no estes triste-. Lo escuché murmurar. Me olió, claro, un espacio tan cerrado era suficiente para que su nariz pudiera sentir cada una de mis fuertes y ruidosas emociones con claridad.

𝗧𝗵𝗲 𝗣𝗘𝗥𝗙𝗘𝗖𝗧 𝗼𝗺𝗲𝗴𝗮. 𝐂𝐡𝐚𝐫𝐥𝐨𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora