Adolescentes

54 7 4
                                    


...

Tras su partida, quedé inmóvil, sin un libro que sostener, reflexionando sobre mi actuación y sintiéndome como un completo idiota. La idea de explorar otros restaurantes se desvanecía lentamente tras el encuentro con el "viejo presumido".

—Ese fanfarrón... —susurré, mientras un nudo en mi estómago luchaba por liberarse, desatando una urgencia de vomitar.

La sensación nauseabunda me arrastró a días cargados de emociones encontradas: un anhelo persistente por regresar a su lado, pero también una aversión que no podía ignorar. Mi conexión con la familia "millonaria" se debía a la deuda que mi humilde padre, un cocinero leal, había contraído con ellos durante seis largos años. A mis dulces 16 años, recién llegado, mi papel estaba más allá de cocinar; debía entretener al joven Fries, cuya personalidad había evolucionado bajo la presión de sus exigentes padres.

Recuerdo cómo Fries, inicialmente reservado, lamentablemente se transformó con el tiempo, absorbiendo las expectativas de sus padres. Yo debía aliviar su estrés, convirtiéndome en el bufón encargado de distraerlo. La mansión se convirtió en el escenario de mi adolescencia, marcada por las demandas de la familia y mi peculiar papel en ella.

Supongo que, si fui de ayuda, ya que nunca lo vi en una crisis, ¿si yo no hubiera estado presente, tendría el mismo comportamiento? Lo malcriado no se lo quita nadie. Aún recuerdo todas las experiencias que tuvimos, pasamos por mil etapas tantas que aun permanecen en mi memoria; después de irme de esa mansión, nuestra relación era una muy peculiar de amantes-amigos con derechos. Pueden imaginarse que ya conozco cada parte de su cuerpo. Él estaba en la universidad en esos momentos de "desahogo", mientras que yo, al contrario, trabajaba con mi padre en el restaurante que hoy está endeudado.

—¿Quién lo diría, ¿verdad? A veces, la vida nos lleva por caminos inesperados —murmuré con un tono lamentable. De repente, sin darme cuenta, me encontraba sentado en una mesa ocupada y salté del susto al escuchar una respuesta. —Es algo que uno nunca puede predecir. —La respuesta, aunque quedada, dejaba escapar una risilla apenas audible, solo perceptible si estabas lo suficientemente cerca.

La escena se enredaba en una sensación extraña al observar a la chica, que fácilmente podría pasar por mi hermana, parecía joven. Era de estatura baja y cabello rojo, éramos casi iguales, su presencia destilaba una extraña combinación de arrogancia e infantilismo, pero decidí no juzgarla tan rápidamente. La visión de su atuendo, abrumadoramente plagado de rayas, mareaba mi vista. Como intentando encontrar equilibrio en medio de este desconcierto visual, instintivamente apoyé una mano en mi cabeza.

En este momento de mareo, Entonces noté una placa varada que revelaba el nombre "Wendy". Supongo que ese sería su nombre, aunque en ese momento mi mente no lograba procesar la información al 100%.


Estaba pasado mucho en tan poco tiempo

...

Capitulo corto porque ya es muy noche 🥺

Capitulo corto porque ya es muy noche 🥺

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Amor en la quiebraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora