CRYMUA DETRÁS DE REDES

Kunno

Esa tarde, Kunno y yo decidimos escapar del bullicio cotidiano y disfrutar de un café en nuestra cafetería favorita. La última vez que nos vimos había sido hace tanto que el entusiasmo brillaba en los ojos de Kunno.

"¡Yeri! Hace una eternidad que no nos vemos. Necesitamos ponernos al día", exclamó Kunno, su energía contagiante llenando la pequeña cafetería.

La sonrisa se instaló en mi rostro mientras nos acomodábamos en una mesa cerca de la ventana. La luz cálida del atardecer iluminaba el lugar, creando un ambiente acogedor. "Sí, ha pasado mucho tiempo. Pero estoy feliz de estar aquí contigo ahora".

Kunno no perdió tiempo en ir directo al grano. "Ok, Yeri, cuéntame todo. ¿Cómo va tu relación con Cry? Quiero saber todos los detalles jugosos".

Riendo ante su entusiasmo, comencé a compartir. "Estamos muy bien, Kunno. La mudanza fue un gran paso, pero ahora vivimos juntos y todo va genial. Estoy pensando en planear un viaje para nosotros dos, algo especial".

Los ojos de Kunno se iluminaron con curiosidad. "¡Un viaje suena emocionante! Pero ahora, hablemos de cosas más íntimas. ¿Cómo va la intimidad entre ustedes dos?"

La pregunta me tomó por sorpresa, y un ligero rubor tiñó mis mejillas. "Bueno, es un poco diferente. Llevamos seis meses juntos, pero no hemos llegado a ese punto todavía. No sé por qué, pero no parece algo necesario para nosotros en este momento".

La expresión de Kunno cambió, y casi puedo ver cómo su mente procesa mis palabras. "¡Espera, ¿qué?! Seis meses y nada. Yeri, tú siempre has sido la que salta directo a eso antes de tener una relación. ¿Qué está pasando?"

Una risa nerviosa escapó de mis labios. "Lo sé, Kunno. Es extraño, pero en el buen sentido. Siento que estamos construyendo algo sólido, y la intimidad física simplemente no ha sido una prioridad. Supongo que estamos tomando las cosas a nuestro propio ritmo".

Kunno se llevó una mano a la frente en un gesto dramático. "¡Esto es una locura! Pero si estás feliz, entonces está bien".

Asentí, agradecida por su comprensión. "Sí, estoy feliz. No sé cómo explicarlo, pero todo simplemente se siente bien así".

La conversación dio un giro cuando Kunno preguntó sobre los planes para la Navidad. "Bueno, queremos hacer algo especial. Cry y yo planeamos una cena navideña en casa, algo sencillo pero acogedor. Además, queremos compartir ese momento con amigos cercanos. ¿Te gustaría unirte?"

Kunno aceptó encantado, y juntos empezamos a planear una Navidad llena de risas y amor. Mientras compartíamos más detalles sobre mi relación con Cry, Kunno continuó haciendo preguntas, explorando cada rincón de nuestra historia con curiosidad y afecto.La tarde avanzaba, pero la conversación fluía fácilmente, como si el tiempo se detuviera en ese acogedor rincón de la cafetería. Cada palabra compartida profundizaba nuestra conexión, y las confidencias entre amigos se entrelazaban con los susurros de la tarde.Y así concluyó este capítulo especial, con Kunno y yo sumergidos en una tarde de confesiones y risas, donde la amistad se mezclaba con las complejidades del amor, y el futuro se desplegaba ante nosotros, lleno de posibilidades y momentos memorables por venir.

Después de despedirme de Kunno en la cafetería, caminé por las bulliciosas calles de regreso a casa. El aire fresco de la tarde me envolvía, y mi mente estaba llena de pensamientos sobre la amena conversación con mi amigo. Al llegar a casa, noté que la puerta estaba entreabierta y pude escuchar a Cry en la cocina.Abrí la puerta con una sonrisa y me encontré con Cry concentrado frente a la laptop en la encimera. 

"¿Qué estás haciendo?" le pregunté, curiosa.

Cry levantó la vista y me mostró la pantalla. "Estoy tratando de aprender a cortar tomates de una manera más eficiente. ¡Es más difícil de lo que parece!"

Me acerqué y le di un beso en la mejilla. "Tengo noticias emocionantes. Kunno se unirá a nosotros en Navidad. ¿Te parece bien?"

Sus ojos se iluminaron de emoción. "¡Claro! Será genial tenerlo con nosotros. ¡La Navidad será aún más especial!"

Cry se entusiasmó con la idea y propuso: "¿Por qué no hacemos una lista de todas las cosas que queremos hacer para decorar la casa? Quiero que sea la Navidad más mágica de todas".

Asentí emocionada. "¡Me encanta la idea! Podemos ir a comprar decoraciones, preparar una deliciosa cena y, por supuesto, no olvidemos la música navideña. ¡Vamos a hacer que sea inolvidable!"Nos sentamos juntos en la sala, con lápiz y papel en mano, empezando a esbozar nuestra lista de deseos navideños.

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